Los trasformadores con sistemas de refrigeración por aceite, por lo general, son bastante limitados como para que el termógrafo pueda obtener un resultado que le permita identificar con claridad una anomalía en sus puntos de contactos internos, por ende, está limitada su inspección a la clásica inspección por radiación de los puntos de contactos externos tanto en BT como en AT de los bushing.

Tenemos que tener claro que al realizar una inspección termográfica clásica a los puntos irradiados de temperatura, identificados como anormalidades, tienen que estar bastante claros para el inspector en la clasificación de su procedencia, es decir, si el fenómeno de emisión de energía en un sólido fue identificado por RADIACION o CONDUCCION. Si bien es cierto todos los componentes sólidos inspeccionados transmiten energía predominantemente de las dos formas simultáneamente, será válido el análisis del inspector en clasificar cuál será la transmisión predominante en el componente inspeccionado.

Si los componentes fueron clasificados por radiación, es decir, que el inspector se encuentra en línea a la fuente original de energía, su informe entregará un resultado por lo general bastante real de la Tº máx. encontrada en la falla original. Esto se debe a que no existe ningún obstáculo desde la fuente de energía original a la cámara termográfica.

Si los componentes fueron captados por conductividad térmica, es decir, el inspector no se encuentra alineado con la fuente de energía original de la falla, la condición cambiará totalmente, ya que por lo general las temperaturas encontradas serán bastante más bajas y estarán próximas a las temperaturas de su referencia, lo que pudiera en forma errónea clasificar la falla en una prioridad baja. Este error es muy común cuando no se cuenta con una cámara infrarroja que tenga la resolución térmica adecuada al tipo de inspección a realizar, ya que la forma de definir, para el inspector, la fuente de origen de energía, es por la gradiente térmica expuesta en el componente, es decir, las cámaras deben tener la resolución suficiente para mostrar el sentido del flujo de energía sobre la superficie del componente y, de esta forma, poder ver con claridad su origen.