Considerando las expectativas de crecimiento, incluyendo esfuerzos en Eficiencia Energética, nuestro país deberá casi doblar su matriz energética al año 2030, construyendo alrededor de 15.000 MW. Al respecto, existe un consenso nacional de que si mantenemos el escenario actual de desarrollo de la industria eléctrica, contribuiremos significativamente a que Chile prácticamente triplique sus emisiones de CO2, llegando a niveles per cápita similares al de países desarrollados. En vista de este panorama, las autoridades y quienes participamos en el sector energía, tenemos una oportunidad única para generar una matriz sustentable, diversificada y segura que actúe como base del desarrollo de las futuras generaciones de chilenos. La clave es planificar a largo plazo, partiendo de una clara política energética. Para ello se requiere comprender las tendencias mundiales y locales, el desarrollo tecnológico, los recursos disponibles, los impactos que cada tecnología tendrá en nuestro sistema y analizar todas las externalidades que cada una genera. Considerando los puntos anteriores, las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) surgen como una opción tremendamente interesante. Sus ventajas no sólo están dadas por su sustentabilidad ambiental y respeto a las comunidades -metas claves de Copenhague- sino también porque permiten diversificar la matriz y hacerla más segura ante un eventual desabastecimiento y la volatilidad de precio de los combustibles fósiles, los cuales experimentaron una variación de casi un 100% durante el 2009, y cuyas estimaciones mundiales, debido al decaimiento de las reservas de hidrocarburos y el aumento de la demanda de los países BRIC, predicen una escalada de todos sus derivados en el mediano y largo plazo. La diversificación de la matriz, a través de la introducción de energías renovables en forma masiva, generará un portafolio más eficiente de nuestra cartera de tecnologías para la producción de energía, con una serie de beneficios económicos, sociales y medioambientales, entre los que destaca una menor volatilidad de los precios para el consumidor, la creación de nuevas fuentes de trabajo, investigación y desarrollo, así como una reducción importante de nuestras emisiones de CO2. Junto con lo anterior, y sin importar los vaivenes de la economía mundial, ni los conflictos en Medio Oriente, ni las relaciones con nuestros países vecinos, las energías renovables serán siempre gratuitas, sustentables y distribuidas a lo largo y ancho de Chile, y el efecto que estos atributos brindan a nuestra economía y sociedad es extremadamente beneficioso. Los desafíos a futuro Como asociación hemos planteado que el país se encuentra frente a un punto de inflexión, donde las decisiones que tomemos hoy tendrán consecuencias irreversibles para nuestro futuro. La asignación de recursos en nuestra economía de libre mercado es óptima en el corto plazo, pero no necesariamente en el largo, por lo cual se necesita que el Estado juegue un rol protagónico en la planificación de nuestra matriz energética, permitiendo que las ERNC puedan competir en igualdad de condiciones frente a tecnologías tradicionales, siendo remuneradas por su particular estructura de costos. ¿Tiene sentido que un generador renovable esté preocupado del precio del carbón cuando quiera tomar una decisión de inversión? Durante la campaña presidencial, todos los candidatos plantearon en sus programas de gobierno la urgente necesidad de impulsar iniciativas de producción limpia que nos permitan mantener nuestra competitividad mundial, reduciendo la huella de carbono en la cadena de producción, disminuyendo el impacto de las fuentes de producción de energía contaminantes, diversificando la matriz energética, generando mayor competencia en el sector y garantizando un suministro energético sustentable, seguro, limpio y a precios competitivos. Los expertos de ACERA estamos convencidos de que un 30% de energías renovables al año 2030 es una meta factible, razonable y en armonía con nuestra economía y medioambiente, asegurando con ello que nuestros hijos puedan vivir mejor. |