La facilidad de instalación y la seguridad de sus conexiones han permitido que los conductores flexibles tengan una presencia innegable en la mayoría de las instalaciones eléctricas. Así lo indica Mario González, Gerente de la Delegación de Top Cable Chile, quien además afirma que gracias a sus características de no propagación de fuego en caso de incendio y baja emisión de humo, "los cables libres de halógeno han dejado de ser un producto exclusivo para instalaciones de alta seguridad, para pasar a convertirse en un dispositivo de uso cotidiano, cada vez más presente en instalaciones para locales de uso público". Asimismo, el ejecutivo de Top Cable asegura que durante esta última década el uso de conductores de sección milimétrica ha ido avanzando, al igual que en muchos países del mundo. La evolución de la industria de conductores eléctricos de baja tensión también ha estado marcada por una nueva apuesta en la presentación de las soluciones, con formatos más adaptados a las necesidades de los clientes. Entre ellos, Mario González destaca el uso de cajas de alta resistencia de 100 y 200 metros para los cables de conexionado de tableros, la utilización de bobinas de pequeñas dimensiones para su facilidad de uso en obra o el marcaje de los cables metro a metro, que facilita la correcta instalación y control en terreno, tanto en obras como en almacenes y bodegas de material eléctrico. Protección y seguridad Como asegura Jorge Gorigoitía, Jefe de Sucursal de Covisa Santiago, los nuevos requerimientos en el mercado de baja tensión -en especial en el área de conductores libres de halógenos- se relacionan directamente con el mejoramiento de los estándares de seguridad de las instalaciones eléctricas, para proteger la integridad física de las personas. Este criterio se impone, en opinión de Rodolfo Santa María, Analista de Marketing de Nexans, con especial énfasis en instalaciones destinadas a albergar gran concentración de público, como hospitales, centros comerciales y cines. El problema, a juicio de ambos ejecutivos, es que estos criterios no siempre se respetan, en especial cuando prima el factor precio sobre la variable calidad. Aunque el mercado chileno de conductores eléctricos de baja tensión da pasos firmes hacia una franca profesionalización, no en todos los casos se utilizan los conductores adecuados para cada aplicación. Ocurre, como indica el representante de Covisa, que no existe la fiscalización y control adecuados para supervisar que las instalaciones se realicen con altos niveles de seguridad. Para Rodolfo Santa María, la norma no es clara y no exige cables libres de halógenos en lugares de alta concentración de personas, por lo tanto, aunque este criterio es el que prima en instalaciones de primer nivel, no en todas se especifican los cables más adecuados. Según señala Mario González, el mercado de cables de bajas prestaciones -o incluso sin normas- es un mercado a la baja en Chile. "En general, el conocimiento por parte de los proyectistas e instaladores, así como la oferta por parte de los distribuidores, fomentan el correcto uso de cables adecuados para cada tipo de instalación". A su juicio, el hecho que las propiedades de los cables hayan evolucionado como lo han hecho en los últimos años, sin duda facilita la elección del cable apropiado. Y es que, como asegura, si hace 10 ó 15 años el instalador estaba obligado a adquirir cinco o seis tipos de cables distintos para una instalación, hoy en día encuentra en un solo cable la flexibilidad, la capacidad de corriente necesaria, las dimensiones requeridas y la seguridad requerida. Guerra a la "comoditización" En opinión de los entendidos, es innegable que el cable eléctrico es uno de los productos que más se ha comoditizado dentro del portafolio del mercado eléctrico mundial. Sin embargo, esta característica tan evidente desde el punto de vista del análisis global, cambia al referirse a la realidad de distribuidores e instaladores. Para ellos, asegura el experto de Top Cable, factores como la marca, las prestaciones y la calidad intrínseca del cable tienen mucho peso. "Si a esto sumamos un apoyo decidido al canal de distribución y una apuesta clara por el servicio, entonces, creemos, las diferencias entre una oferta y otra se vuelven relevantes", afirma. Para Jorge Gorigoitía, además de hacer valer día a día características como calidad, prestigio, agilidad en el servicio y eficiencia en la logística de distribución, combatir la comoditización implica un gran esfuerzo por parte de las marcas consolidadas. Algunos productos extranjeros, explica el ejecutivo de Covisa, llegan a nuestro mercado a valores irrisorios, por lo que se podría suponer que están subsidiados desde su origen. Según advierte, "es importante considerar también que muchas veces ingresan al país sin ninguna evaluación o prueba en laboratorios chilenos, dándose por hecho que el certificado de origen cumple nuestras normas y pruebas. A nuestro juicio, es urgente tomar medidas concretas respecto a estos temas de interés público, ya que hay conductores que no corresponden a las dimensiones o materiales mencionados". Tecnología en evolución Una muestra del desarrollo del mercado de conductores eléctricos de baja tensión en nuestro país son los avances tecnológicos que evidencian los distintos productos lanzados durante el último tiempo. Sin duda, según Rodolfo Santa María, el desarrollo ha estado en la línea de incorporar un criterio de seguridad extrema. A nivel de baja tensión, destacan los cables para instalaciones fotovoltaicas, que a juicio de Mario González tendrán un gran crecimiento en los próximos años. Según explica "éstos están diseñados para operar al aire durante más de 30 años, con propiedades robustas como alta resistencia a los rayos UV y a la intemperie". Por otro lado, también se avanza en el desarrollo de los cables extra flexibles para uso rudo libres de halógenos, demandados por las faenas de minería subterránea, principalmente. En el ámbito de los cables de media tensión, la evolución lógica es que tiendan a fabricarse con cubiertas de materiales libres de halógenos, como ocurre en mercados desarrollados como el europeo. Tras una nueva norma De acuerdo a la opinión de los especialistas del mercado local, como sucede en la mayoría de los países, la normativa vigente suele ir un paso atrás respecto a la oferta del mercado. A su juicio, la normativa chilena debería reflejar de manera más fidedigna la realidad de la industria local, especialmente en cuanto a la utilización de cables flexibles y en el dimensionado milimétrico de las secciones de cobre. En este sentido, Mario González es enfático en señalar que parece un contrasentido que el especialista deba efectuar sus cálculos en unidades métricas y luego tenga que recurrir a una tabla de equivalencias para encontrar el calibre AWG que más se aproxima a sus requerimientos. Para este mercado, el tema de los cables de alta seguridad -conocidos generalmente como libres de halógenos- exige un esfuerzo legislativo de mayor alcance, como ya se ha hecho en otros países. "Aquí se debe trabajar en la elaboración de un Reglamento Electrotécnico de Instalaciones, actualizado y ajustado a la realidad de este mercado tan moderno y abierto al mundo", agrega el ejecutivo de Top Cable. Entre otros temas, considera fundamental que la norma obligue a la utilización de cables libres de halógenos en cualquier instalación de uso público, incluida la distribución eléctrica dentro de las zonas comunes de los edificios habitacionales. "Hoy en día, con toda la oferta existente en cables libres de halógenos, a costos que en muchos casos se alinean con los de los cables tradicionales, estas iniciativas tienen más sentido que nunca", concluye. |