Andrés Monardes, Técnico en Prevención de Riesgos y Voluntario de la Cuarta Compañía de Bomberos “Pompe France” de Santiago.

Oscar Carvajal, Ingeniero Civil Bioquímico y miembro del Programa de Asistencia Ambiental de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).

Los procesos industriales generan una gama de residuos de naturaleza sólida, pastosa, líquida o gaseosa con características corrosivas, reactivas, explosivas y tóxicas que presentan riesgos potenciales a la salud humana y al medioambiente. Estos residuos son los denominados peligrosos, que también poseen otras fuentes de residuos como son los hospitales, el comercio y la minería.

Dentro de este contexto, y en su exposición titulada "Materiales peligrosos", Andrés Monardes, Técnico en Prevención de Riesgos y Voluntario de la Cuarta Compañía de Bomberos "Pompe France" de Santiago, sostuvo que tras el incendio ocurrido en la fábrica de insumos industriales Mathiesen Molypac, en 1995, se generó "un antes y un después" en materia de almacenamiento y manejo de sustancias peligrosas, "porque se presentó un problema que no se había abordado como correspondía", motivo por el cual se estableció una serie de normativas al respecto.

"Aún quedan en el mercado muchas compañías que trabajan de forma irregular y que corresponden mayoritariamente a las pequeñas empresas. Entre otras cosas, descargan residuos al alcantarillado y a los contendedores de basura, generándose la mayoría de los problemas por falta de instrucción y conocimiento del personal", sostiene.

El profesional agrega que "las grandes empresas deben llevar a cabo una evaluación de impacto ambiental, y someterse a una serie de regulaciones a través de los organismos pertinentes, mientras que las pequeñas pueden comenzar a operar sobre la marcha, con permisos provisorios. Además, no están sometidas a tantos procesos de fiscalización, debido, en gran parte, a que no informan de manera oficial sus operaciones a la autoridad".

Visión compartida

Oscar Carvajal, Ingeniero Civil Bioquímico y miembro del Programa de Asistencia Ambiental de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), coincide con Monardes en este punto y afirma que a nivel de las grandes empresas se está cumpliendo con dichas normativas, ya que en gran parte es una exigencia de sus matrices extranjeras. "El problema se genera entre las empresas pequeñas, ya que, por un lado, no son fiscalizadas adecuadamente debido a que están muy atomizadas y, por otro, los costos de los residuos tratados son muy altos para ellas", sostiene.

Carvajal asegura que el costo elevado no sólo está asociado al tema del tratamiento, sino que además al de la recolección, ya que se les cobra por el retiro de dichos deshechos, "lo que muchas veces es más costoso que el mismo proceso", agrega.

Por otra parte, y de acuerdo a su experiencia respecto a la realidad europea y de EE.UU., Monardes sostiene que en ambos lugares las compañías cuentan con unidades y departamentos especializados tanto en el manejo como también para la respuesta frente a emergencias. "Además, cuentan con comités de seguridad y emergencia para fiscalización, formados por representantes de bomberos, policía, autoridad sanitaria y del municipio respectivo, todo lo cual acá se hace de manera independiente. Incluso en Chile, Bomberos ni siquiera tiene esa capacidad fiscalizadora, teniendo gran nivel de capacitación y experiencia en emergencias".

Carvajal, quien expuso la ponencia "Normativa sobre residuos peligrosos", apunta que falta tanto una organización a nivel municipal como algún tipo de subsidio comunal que permitan desarrollar lugares de acopio para ciertos residuos, como aceites usados, generando ahorros importantes para las pequeñas empresas. "Aún somos un país en vías de desarrollo, por lo cual tenemos ciertos ripios que debemos corregir. No podemos olvidar que todavía tenemos vertederos con residuos donde hay niños que juegan a su alrededor", enfatiza.

Reglamento eficiente

El Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos, D.S. N° 148 de 2003, establece las condiciones sanitarias y de seguridad mínimas a que deberá someterse la generación, tenencia, almacenamiento, transporte, tratamiento, reuso, reciclaje, disposición final y otras formas de eliminación de los residuos peligrosos.

En relación a este tema, Andrés Monardes señala que la normativa es de un muy buen estándar, e incluso el país cuenta con una legislación que se encuentra muy por encima de la media en Sudamérica. El problema, a su juicio, radica en un escaso poder de fiscalización, ya que prácticamente esta labor está a cargo sólo de la autoridad sanitaria gubernamental, ya que los inspectores municipales están sobrecargados con otras tareas edilicias. "Afortunadamente, en la actualidad tenemos una interacción y coordinación adecuadas entre los diferentes actores presentes en este mercado, que se ha ido perfeccionando día a día", acota Monardes.

En esta misma línea, el ingeniero de la ACHS sostiene, en cuanto a la normativa chilena, que el DS Nº 148 está preferentemente orientado hacia las grandes compañías, en especial en lo referido a las empresas que deben contar con un plan de manejo cuando generan más de 12 kilos de residuos tóxicos agudos o más de 12 toneladas de residuos peligrosos. "Dichas magnitudes corresponden obviamente a firmas de mayor tamaño, lo cual resta posibilidades de saber qué es lo que manejan o trasladan empresas de menor envergadura", afirma. "Una medida muy positiva sería incluir dicho plan de manejo para todas las entidades productivas, independientemente de su tamaño", agrega.

Pese a ello, Carvajal califica la normativa como correcta y destaca varios aspectos tales como el mismo plan de manejo, la adecuada definición de las características de peligrosidad asociadas a un residuo, la guía de respuesta en casos de emergencias, y el sistema de declaración y seguimiento en línea desarrollada por el Ministerio de Salud, entre otros.

Cabe concluir señalando que desde el año 2005 comienza a ser operativo el proyecto del Plan de Manejo de Sustancias y Residuos Peligrosos, el cual tiene como finalidad la gestión integral de los residuos químicos de acuerdo a lo dispuesto por el DS Nº 148.