Desde una casa habitación hasta la más compleja industria se pueden encontrar cañerías transportando fluidos. En aplicaciones domésticas, el llamado "medidor de agua" es un dispositivo que registra el consumo del hogar cuya información sirve para facturar. Los sistemas de distribución de aguas en la ciudad son monitoreados por flujómetros para realizar balances, control de pérdidas, racionalización de los consumos de las redes de distribución, entre otras tareas. En las plantas industriales, las aplicaciones son múltiples: desde la alimentación de agua a la planta hasta las descargas de aguas residuales, pasando los distintos fluidos de los procesos mismos. En este punto, es importante considerar que no tan sólo se miden fluidos líquidos, sino que también los gases son monitoreados, como por ejemplo, la alimentación de gas a las calderas o las salidas de las chimeneas. Estos ejemplos son mediciones muy importantes para el control de costos o cumplimiento de las regulaciones ambientales. Por lo anterior, son muchos los puntos en que se miden (o se debiera medir) el flujo de un fluido. El no hacerlo (o hacerlo de mala manera) sólo significa pérdidas, y no existen términos medios que lo justifiquen. La simple acción de medir la entrada y salida de flujos de una planta para realizar un balance puede significar encontrar puntos de optimización del proceso, reduciendo las pérdidas o mermas de producción. Asimismo, la medición del consumo de combustible en una caldera, los gases de salida en la chimenea, el vapor y/o agua caliente, permite controlar el correcto funcionamiento de este importante generador de energía. Lo contrario es simplemente "creer" que la caldera está funcionando "bien". En el caso de la fabricación de un producto cuyos insumos son fluidos, sólo es posible lograr un producto final de calidad y con mínimas pérdidas midiendo cada flujo de la dosificación. De lo contrario, para fabricarlo siguiendo las especificaciones de su diseño, es necesario hacer nuevas dosificaciones, lo que conlleva demoras en el proceso, incertidumbre y, por supuesto, aumento de los costos de producción. Tecnologías No existe una única tecnología de flujómetros, pues se deben considerar los tipos de fluidos, las cañerías, las variables de proceso, el ambiente, las calidades de la medición, la importancia, las limitaciones, los estándares, etc. Estas son parte de una cadena de situaciones que revela cuán diversa y compleja debe ser la matriz de tecnologías disponibles en el mercado. Por ejemplo, muchas tecnologías son excelentes para un tipo específico de fluido, pero no sirven para todos los diámetros de cañerías. O bien tienen una alta exactitud, pero su costo no es adecuado para las necesidades de la aplicación. Por el contrario, si la aplicación amerita una tecnología de alta exactitud, dado que cada punto porcentual de exactitud significa ahorros o pérdidas, definitivamente se debe instalar ese tipo de flujómetro, aun cuando su costo sea alto. En general, los fabricantes de productos orientan sus flujómetros a nichos de aplicación, los cuales correctamente utilizados, funcionan bien. Por ello, la disciplina de la medición de flujo requiere años de conocimiento en el terreno para "vivir" la experiencia de la mejor tecnología para la necesidad de medición. En suma, siempre la medición de flujos representa ahorros tangibles que permiten recuperar la inversión muy rápidamente. |