Viernes 26 de Abril de 2024       •      Dólar= $945,10      •      UF=$37.242,15       •      UTM=$65.182
TPM en la Gestión de Activos

La creciente competitividad por los costos y la calidad hace que las empresas necesiten disponer de gran flexibilidad y cortos tiempos de respuesta. Para conseguirlo es fundamental la eficiencia de sus equipos y procesos productivos. En tal entorno, la empresa requiere un sistema de mejora continua, que le permita distanciarse de sus competidores y así mejorar su posición en el mercado. El TPM (Mantenimiento Productivo Total) y la Gestión de Activos pueden ser herramientas estratégicas que las ayuden a crear capacidades competitivas.

El mantenimiento tiene un rol relevante en el logro de la competitividad de las empresas, poseyendo un efecto sobre los costos directos y sobre aquéllos inducidos por la ausencia o el mal mantenimiento -indisponibilidad, falta de calidad, reproceso, etc.-, que, en definitiva, se traducen en un costo significativo. Además, el mantenimiento tiene un rol relevante en la seguridad de las personas y cuidado del medioambiente.

Por lo anterior, debemos transformar la función de mantenimiento desde una unidad de gastos a una de resultados, relacionando los costos propios con el beneficio cuantificable del mejoramiento de la confiabilidad, mantenibilidad y disponibilidad. Dichos beneficios pueden ser traducidos en flujo de caja y llevados a indicadores económicos, para así competir con otras alternativas de inversión. De esta manera, el Mantenimiento aparece al servicio de la productividad, asegurando la función del activo al mínimo costo global y la conservación del valor patrimonial, focalizado en el logro del objetivo que persigue la empresa.

Este es el gran desafío para los mantenedores: lograr ser el ente diferenciador para el logro de la competitividad.


Produciendo el cambio

Para producir este cambio se debe desarrollar una estrategia de gestión de mantenimiento orientada a lo que pide el cliente, y proyectar la función de mantenimiento (función productiva) en una oportunidad de negocio. Para ello, se requiere gestionar el mantenimiento con una visión sistémica del proceso donde hay implícita una entrega de valores (ver diagrama).

Dentro del Mantenimiento, tenemos procesos que son:

Planificación y Programación: Es la determinación de las diversas tareas que se deben realizar, su secuencia, los recursos que se requieren considerando la variable de los tiempos involucrados, lo que finalmente se materializa en un plan.

Ejecución: Es un proceso interno en el cual hay actividades que pueden ser tercerizadas. Sin embargo, la ejecución puede ser un generador de falla debido a un exceso de mantención, lo que es tanto o más importante que no realizar mantención.

Control: Es el proceso que entrega aprendizaje. Es el análisis que debemos realizar, que involucra buscar brechas y cuestionarnos constantemente el plan, pues estamos frente a problemas dinámicos.


Existen tres elementos sobre los cuales se debe actuar para llevar a cabo este proceso: la Organización, Ingeniería de Mantenimiento y Operador Mantenedor TPM.

La Organización permite ordenar e integrar las competencias y capacidades de las personas, de manera de responder a la estrategia que persigue la empresa. En esta línea, se deben realizar esfuerzos para transformar a la organización en una estructura más liviana, participativa e integrada, de manera que la Ingeniería de Mantenimiento y TPM tengan un ambiente propicio. Tenemos que privilegiar organizaciones ordenadas según procesos, por sobre aquéllas ordenadas de acuerdo a funciones.

La Ingeniería de Mantenimiento permite renovar de manera permanente el plan maestro, a partir de los análisis históricos. También permite el desarrollo de un nuevo proyecto, pues tiene un fuerte componente en un modelo de simulación de la tecnología.

El Operador Mantenedor TPM u operador de producción tiene un rol relevante en este proceso y su confiabilidad radica en la tasa de falla. Gran parte de los errores que ocurren actualmente radican en que nuestros activos están expuestos a un deterioro acelerado producto de la operación fuera de sus condiciones básicas. De aquí surge el tema de dar las competencias laborales y la certificación de las competencias de las personas.

Si queremos confiabilidad operacional y disponibilidad de los activos, necesitamos invertir recursos en las competencias de las personas, entregarles los elementos conceptuales y las herramientas para que el Operador Mantenedor pueda transformar esos conocimientos en aplicación concreta y alimentar el plan de mantenimiento en términos de inspección e intervención.

Las empresas donde el Operador Mantenedor ha logrado competencias técnicas en sus activos, están revolucionando los conceptos de la gestión industrial y produciendo resultados sobresalientes.

Por Néstor Casanova Silva, Docente Area Mecánica de
INACAP Sede Santiago Sur.   www.inacap.cl
Julio 2009
.......
Comentarios acerca de este artículo
No hay comentarios publicados
Comenta este artículo
Nombre:
Empresa:
Email:
Comentario:
Notificarme de actividad en este artículo
Ingrese los caracteres de la imagen:
Reportajes
SUBESTACIONES DIGITALES: Transformando el futuro energético
Cables eléctricos para aplicaciones industriales
GENERADORES ELÉCTRICOS: ¿Cómo elegir el modelo adecuado para su empresa?
Contáctenos
Dirección: José Manuel Infante 919, Of. 203,
Providencia, Chile
Teléfono: (562) 2433 5500
Email: info@emb.cl
Visite también:
© Copyright 2023 Editora Microbyte Ltda.