¿Cuáles son los actuales desafíos para ACCA? Todo el directorio comparte que hay desafíos de corto y largo aliento. Dentro de los primeros, se encuentra el mantener vigente el Congreso ACCA y, por lo tanto, asegurar que la comunidad científica nacional cuente con ese espacio para difusión y discusión académicas. Este congreso es un lugar de encuentro y de intercambio de ideas, así como una vitrina para que los más jóvenes muestren sus trabajos y sean evaluados por la comunidad por primera vez. Además, este evento se realiza de manera ininterrumpida desde 1974 y ése es un importante legado que debemos mantener. De igual modo, está en la agenda la realización del Congreso Latinoamericano de Control Automático y, en estos momentos, estamos en conversaciones para realizarlo el próximo año aquí en Chile. Cabe destacar que este congreso representa una instancia increíble de integración, de conocer lo qué está pasando en el resto del continente y de mejorar las relaciones entre los distintos actores, entes e instituciones de la Región. ¿Por qué existe en ACCA esta preocupación de mantener estas instancias de encuentro? Como miembro de IFAC (International Federation of Automatic Control), nuestra asociación tiene la misión de fomentar en el país actividades académicas en el ámbito de la Automática, así como el desarrollo y transferencia tecnológica. En este sentido, el cómo nos relacionamos con la industria es un desafío siempre latente, y estos congresos son una oportunidad para dar a conocer aplicaciones muy directas de la tecnología en los procesos industriales. Además, estos espacios promueven la interacción entre académicos de universidades de todo el país, lo que a su vez, ayuda a aunar visiones y promover un ambiente académico en el cual sea factible reconocer nuevas ideas y oportunidades a través del intercambio de conocimientos. También podría incentivar el trabajo en equipo entre diferentes científicos
Aunque suene "cliché", el trabajo de equipo es muy valioso. Dado que los académicos tendemos a estar ocupados con nuestras propias actividades y áreas de trabajo, tendemos a perder la visión global. Por eso, es muy provechoso el poder reunir a académicos con fortalezas en investigación y desarrollos teóricos junto con aquéllos que tienen una mirada más focalizada en la aplicación y la transferencia de tecnología, considerando que este tipo de interrelaciones puede producir desarrollos muy beneficiosos para la industria. ¿Por qué debería existir una mayor relación entre Universidad y Empresa? Existen múltiples razones. Por ejemplo, si bien existen muchas metodologías de control en el mundo y muchas empresas compran estas tecnologías como un paquete cerrado, siempre existe la necesidad de mejorar y adaptar estas soluciones. En Europa y EE.UU., podemos encontrar múltiples ejemplos de compañías en el campo de la supervisión de procesos que se han especializado en la extracción de datos valiosos para los lazos de control y la optimización de procesos, utilizando conceptos que han circulado en el ambiente académico durante muchos años. En este sentido, en Chile se debe apostar a mejorar la interacción con su comunidad académica y las posibles aplicaciones tecnológicas que puedan desarrollar, porque las hay, sobre todo en procesos tan complejos como la minería y la petroquímica. En el extranjero, ¿qué ámbitos dentro de la Automatización y el Control están suscitando mayor interés? De acuerdo a mi experiencia, existe una mayor preocupación por la supervisión de procesos, en especial por la prevención de fallas y por el pronóstico de eventos catastróficos en sistemas controlados y la reconfiguración jerárquica de sistemas en presencia de anomalías. En esta línea, NASA, por ejemplo, ha creado toda una línea de investigación y desarrollo enfocada al pronóstico y gestión del estado de salud (Prognostics and Health Management, PHM) de los equipamientos, y les interesa significativamente cómo aplicar tecnología en el mantenimiento de una operación segura y tolerante a fallas. Los sistemas de control también son fuentes de errores y el objetivo es acomodar los procesos ante estas fallas. Como en otros campos, muchas de estas aplicaciones, que usan conceptos teóricos ya decantados, se pueden transferir con relativa facilidad a las empresas, dada la sencillez de la implementación de una plataforma de adquisición de datos, pero también hace falta cambiar la mentalidad de los operadores sobre, por ejemplo, cómo se utiliza esta información proveniente del nuevo sistema. ¿Qué se debería cambiar en la Educación Superior? Al salir de la universidad, los jóvenes profesionales deben contar con una mentalidad orientada a la revisión de los procesos en que se desempeñan y al análisis de opciones presentes en la literatura que permitan lograr mejoras significativas en dichos sistemas. Es algo natural en EE.UU. y otros países el encontrar grupos de investigación integrados por jóvenes profesionales con grados de Magíster y Doctor que trabajan en las compañías con la misión de analizar los procesos y estudiar las oportunidades de mejoramiento continuo. En Chile, sin embargo, es muy difícil encontrar un Doctor que haya sido contratado por una empresa para promover e implementar actividades de mejoramiento continuo. Ese hecho marca la diferencia entre crear aplicaciones que van en directo beneficio y que se traducen finalmente en pesos dentro de una industria y el tener que comprar afuera. Es un tema de cultura que debemos comenzar a incorporar en las universidades y en el país. |