¿Cuál es su opinión respecto al alza de tarifas eléctricas y fijación de horas punta?
Hay que aclarar, primero, que el alto precio que pagamos actualmente por el suministro de energía, se debe en gran medida a una crisis de abastecimiento, ya que en su momento no hubo gas proveniente de Argentina y tampoco contábamos con alternativas energéticas eficientes, motivo por el cual debimos comenzar a utilizar petróleo diesel. Como Chile posee un esquema de costos marginales, el elemento que condiciona hoy el precio de la energía es justamente el diesel, que estuvo en un valor muy alto durante el año pasado, con lo cual los grandes consumidores industriales llegaron a pagar por la energía hasta US$300 por el MW/h, cuando el valor antiguamente era cercano a US$30 MW/h. Ello se agrava aún más al agregarse el cobro por potencia en horas punta. En el país se paga por dos productos: además de la energía, se paga por la potencia, que corresponde a la máxima exigencia que le hacemos al sistema eléctrico, y que exige contar con equipos instalados para operar en pocas horas, que son las de punta.

Dada las actuales circunstancias, ¿considera este esquema tarifario apropiado y coherente?
Nuestro esquema tarifario no pretende beneficiar a unos u otros, ya sean grandes consumidores o pequeñas empresas. Se busca cobrar lo que realmente cuesta producir la energía e instalar las capacidades. Otra cosa es que a veces un gobierno aplique subsidios o apoyos de algún tipo, pero ello se maneja fuera del sistema tarifario. El esquema trata de transmitir los costos por igual y, dentro de ello, cada cual debe ajustarse como pueda. En ese sentido, es bastante coherente.

Además, debo señalar que no constituye una solución "parche" o una medida política, sino más bien es bastante consensuada y racional, pues permite entender lo que pasa en el sistema y ajustar lo que estaba funcionando de manera incorrecta.

¿Qué ocurrirá con el alza de tarifas a largo plazo?
Esta realidad de precios muy altos en la energía y escasez de generación, llevó a que el 2005 el Gobierno y el Congreso cambiarán la ley referente a los cobros de precios a las distribuidoras, de manera de poder estimular la inversión en generación y salir de esta crisis energética. La condición actual de costos marginales de energía es de alrededor de US$120 por MW/h, pero esto debiera evolucionar a la baja, estabilizándose en el mediano y largo plazo en alrededor de US$70 por MW/h, al haber mayor capacidad de generación y que el carbón reemplace al diesel.

Sin embargo, el problema fue que las licitaciones de las distribuidoras están contratando con las generadoras precios altos para los consumidores, reflejando más el corto que el largo plazo.

¿Cuál es la posición de las empresas con relación a esta situación?
Respecto a los precios a largo plazo, el sector industrial no se ha manifestado, porque me parece que no están muy conscientes de esta problemática. Las distribuidoras están algo más preocupadas, pero finalmente ellas traspasan el precio a los consumidores finales, así que no les afecta tanto. Me parece que aún no hay conciencia real sobre lo complejo de esta situación.

Por otro lado, respecto a la fijación de las horas punta, ese es un tema en el que las empresas industriales sí han manifestado abiertamente su opinión, especialmente en la agroindustria; pero el hecho de cambiar el horario punta fue una forma de reconocer sus exigencias. En este caso, creo que el consumidor tiene alternativas para ajustar su demanda y, por ende, reducir sus consumos. Por ejemplo, es importante modificar la forma de producción, cambiar los turnos o hacer análisis o estudios económicos que le permitan incrementar su eficiencia energética.

¿Existe algún tipo de alternativa energética más eficiente para las horas punta?
Desafortunadamente no. Las soluciones renovables no son confiables para operar en las horas punta. Lo único completamente fiable es un motor-generador que funcione con petróleo diesel. De hecho, el cálculo de capacidad se lleva a cabo considerando una turbina que se instale para operar solamente durante las horas punta del año.