Los productores de ampolletas fluorescentes compactas (CFLs, Compact Fluorescent Lightbulbs) y de los emergentes diodos emisores de luz (LEDs, Light Emitting Diodes) se relamen los bigotes ante el enorme mercado que les dejarán disponible las nuevas regulaciones orientadas a reducir el consumo de energía para frenar el calentamiento global. Por ejemplo, en febrero del 2007, Australia aprobó un plan trienal para la erradicación de las ampolletas de filamento incandescente, que parte el 2010 con la prohibición de vender las de 100 watts. Estas regulaciones se harán progresivamente más estrictas, reduciendo cada año la potencia máxima de las ampolletas que se pueden vender, hasta culminar desde el 2012 con la prohibición total de la venta de ampolletas de filamento. La mayor parte de los países desarrollados han seguido estos pasos, anunciando medidas similares. Los 27 países miembros de la Unión Europea aprobaron en octubre del 2008 la prohibición gradual de venta de ampolletas incandescentes en sus territorios a partir del 2010, medida que han imitado Canadá y Nueva Zelandia. Estados Unidos promulgó en diciembre del 2007 la Ley de Seguridad e Independencia Energética (Energy Independence and Security Act), que promueve el uso eficiente de la energía en todas las áreas e introduce requerimientos mínimos en el campo de la iluminación que sacarán gradualmente del mercado las ampolletas de filamento. Sin embargo, atendiendo a la petición de la Asociación Internacional de Diseñadores de Iluminación (International Association of Lighting Designers, IALD), EE.UU. optó por un mayor período de gracia para las ampolletas tradicionales, iniciando su erradicación en el 2012 (partiendo por las ampolletas de 100 watts) para completar el proceso en el año 2014. Se buscan reemplazos La IALD ha expresado un firme respaldo al desarrollo de tecnologías que minimicen el consumo de energía en los sistemas de iluminación, pero pidió prudencia en base a períodos de gracia más amplios para dar tiempo al surgimiento de respuestas tecnológicas eficientes en todas las aplicaciones. Recordó que no hay aún tecnologías de iluminación capaces de reemplazar las ampolletas incandescentes en ciertas aplicaciones con resultados comparables y a costos razonables. En particular, IALD señaló que las nuevas tecnologías de iluminación muestran aún problemas como peor calidad del color de la luz, pobres resultados cuando se usan con dimmers, "parpadeos" desagradables durante un tiempo mientras se prenden (en el caso de algunos CFLs), y costos que llegan a ser absurdamente altos para algunas aplicaciones (especialmente, para los LEDs). CFL: ¿Peligro para la salud? Algunas organizaciones ecologistas han lanzado también voces de alarma, puesto que quisieran que las nuevas regulaciones "mataran dos pájaros de un tiro", impidiendo la proliferación de los tubos fluorescentes. Asimismo, advirtieron que, al igual que los tubos fluorescentes tradicionales, los compactos incluyen alrededor de 4 milígramos de mercurio en una solución gaseosa, por lo que si se rompen, pueden representar un peligro para la salud. Por lo mismo, salvo que se adopten sistemas de reciclamiento estrictos en centros especializados, y se evite su incineración o su simple entierro junto a otros desperdicios, la proliferación de los tubos fluorescentes puede llegar a convertirse en una amenaza sanitaria grave tanto para la calidad del aire como del agua(1). LEDs: ¿Están listos para brillar? Sin embargo, forzar la introducción de LEDs como único sistema de iluminación legal dentro de un plazo de pocos años es una idea que carece de realismo. Aunque están bajando rápidamente de precio, gracias a un rápido progreso tecnológico y a economías de escala, se trata de productos aún carísimos. A iguales niveles de iluminación, los LEDs consumen hasta un 85% menos energía que las ampolletas de filamento incandescente, 80% menos que las fuentes de iluminación halógena, y hasta 50% menos que los tubos fluorescentes. Además, duran al menos 20 veces más, por lo que, a pesar de su alto costo, ya han conquistado altas participaciones de mercado en aplicaciones de iluminación permanente. Según un informe preparado por Navigant Consulting en octubre del 2008 para la Secretaría de Energía estadounidense, en el 2007 nada menos que 82% de los letreros de salidas de emergencia y 52% de los semáforos en ese país ya utilizaban LEDs. Sin embargo, para aplicaciones de iluminación de uso menos intensivo, los LEDs no resultan aún competitivos en términos de precio, y tampoco han logrado entusiasmar, en términos de su calidad de luz, para aplicaciones hogareñas y del mundo del retail, por su falta de calidez. (1) http://en.wikipedia.org/wiki/Image:Mercury_emissions_by_light_source_(en).svg |