¿Qué nivel de preocupación por el entorno se observa en la industria pesada? Es cada día mayor, ya que se trata de industrias muy contaminantes con enormes márgenes de progresión para la disminución de su impacto sobre el entorno, en todos los ámbitos: agua, aire, suelo, desechos. En Europa, esas empresas han hecho un gran progreso, gracias a la reglamentación europea y a la creación de una entidad para controlar y sancionar el incumplimiento de las reglamentaciones del medioambiente. Asimismo, se deben tomar en cuenta los nuevos decretos más apremiantes, especialmente en cuanto al agua, los suelos o las emisiones a la atmósfera. También están muy involucradas en las emisiones de gas de efecto invernadero y en la puesta en marcha de políticas de Responsabilidad Social. ¿Ve el mismo nivel de preocupación en las empresas más pequeñas? No son las mismas preocupaciones. Para las pequeñas empresas, la mayor dificultad es la anticipación y el acatamiento de las reglamentaciones, es decir, conseguir recursos humanos y financieros para instaurar una política medioambiental más responsable, en un contexto de competencia cada día más dura. Por ejemplo, un problema para muchas pequeñas y medianas empresas puede ser la integración de REACH, obligación europea de apuntar y evaluar todas las sustancias químicas utilizadas por una empresa para elaborar sus productos. Estas pequeñas estructuras también tienen dificultades para dedicar tiempo y personal a la optimización de los procedimientos, para hacer un balance energético o cualquier otra acción que les permita ser más competitivas respetando el medioambiente. A nivel del respeto del medioambiente, ¿cuáles son los principales desafíos para el sector industrial? A mi juicio, los desafíos cruciales para la industria son la concepción ecológica y particularmente el empleo sistemático, en los procesos de fabricación, de sustitutos menos nocivos para la naturaleza y los seres humanos, así como más ahorradores de recursos naturales. La lucha contra los gases de efecto invernadero y contra cualquier forma de emisiones en los medios naturales, aunque mínima, también es prioritaria. Y claro, la puesta en marcha del desarrollo sostenible que impone encontrar un modelo ecológico viable, respetuoso de los proveedores y que tome en cuenta las necesidades de sus clientes dándoles más valor añadido y, sobre todo, mejorando poco a poco las condiciones de vida y de trabajo de sus empleados. En los sectores industriales, ¿es suficiente la información y la sensibilización relativas al respeto por el entorno? Este es un amplio debate, pues vivimos en una época en la que la información está omnipresente, cualquiera puede encontrarla. El problema radica en el tiempo de que disponen los responsables para buscarla, asimilarla y, mediante el intercambio con los expertos (jurídicos, técnicos, asesores y otros profesionales), hacerla suya. |