Para los seres humanos, la corriente eléctrica es peligrosa, porque entre los cinco sentidos que posee el hombre, éste no tiene ninguno para detectar la energía eléctrica en un cable que esté activado; sólo podemos registrar sus consecuencias. Recordando siempre que el hombre no puede percibir la corriente eléctrica, sino solamente sus consecuencias, ésta produce tres efectos principales sobre el cuerpo humano: Químico, Fisiológico; y, Calorífico. Efecto químico: Aproximadamente 2/3 del cuerpo humano se componen de agua. Al aplicar una tensión aparecerá, pues, una descomposición y, por consiguiente, las células -los componentes básicos de nuestro organismo- se mueren cuando se descompone el líquido celular. | Valores resistivos en el cuerpo humano (aproximados). | Efecto fisiológico: En nuestro organismo, necesitamos permanentemente electricidad para que nuestros sentidos corporales informen al cerebro (sinapsis) y para que éste envíe señales de mando a los terminales nerviosos de los músculos. Para ello, se generan impulsos de tensión del orden de 0,1 V. Si desde el exterior, quedara aplicada una tensión adicional resultarían perturbados los procesos normales; así, por ejemplo, los músculos no se relajarían (calambre muscular). El nódulo seno-auricular, el centro de mando de nuestro corazón, se encuentra en el órgano mismo, por lo que las corrientes extrañas que circulen a través del corazón son muy peligrosas. Casi siempre trabajamos con una corriente alterna de 50 Hz., con lo que los músculos del corazón recibirían 100 veces por segundo la orden de contraerse, o sea, unas 80 veces más rápido de lo normal. Como consecuencia, trabajaría a toda prisa y superficialmente, con lo que dejaría de bombear sangre. Este fenómeno se llama fibrilación ventricular o cardíaca y provoca el paro cardíaco. Efecto calorífico: Todas las sustancias se calientan al paso de la corriente y, por lo tanto, también lo hará el cuerpo humano. En especial, los puntos de entrada y de salida de la corriente quedarán amenazados, pues debido a las resistencias de paso, relativamente grandes, se disiparán en ellos grandes potencias (P = I2 x R) que se transformarán en calor. Además en los tejidos calientes, las proteínas se coagulan y, por otro lado, una elevación de sólo 15°C de la temperatura de los músculos destruye los glóbulos rojos de la sangre. Márgenes de intensidad La gravedad que pueden tener en cada caso los efectos descritos depende sobre todo de la intensidad de la corriente, pero también del camino por el que ésta circule por el cuerpo, así como del tiempo que actúe y de su tipo (corriente continua pura, alterna, mixta) (ver tabla 1). Los valores de la tabla 1 se obtuvieron en experimentos derivados de accidentes. Ello significa que en algún caso particular, también pueden producirse efectos mortales para intensidades menores. El estado de salud y de ánimo también desempeñan un papel decisivo. Máximas tensiones de contacto permisibles Para poder calcular la tensión que puede ya ser peligrosa para el ser humano, debemos conocer primero la resistencia del cuerpo humano. Para ello, se han realizado un sinnúmero de medidas y cálculos que han dado valores muy diferentes, por lo que no se puede citar ningún valor de validez general. Calcularemos con 1000 KL, porque el valor real no suele ser menor. En la figura 5, hemos representado simplificadamente la distribución de la resistencia en el cuerpo humano. Para el margen 2 de intensidades, podemos calcular que la tensión es igual a: U=I x R U=0,025A x 1000 ohm U= 25V Como podemos suponer, en general el cuerpo humano no quedará sometido a la tensión total, se ha determinado que en las instalaciones con una tensión nominal de más de 50V, deberán tomarse medidas adicionales para proteger contra un posible contacto indirecto. Esta tensión límite se denomina máxima tensión permisible de contacto, y es la tensión que puede soportar el ser humano sin sufrir lesiones duraderas. En general, la máxima tensión permisible de contacto para el hombre, es igual a 50V en lugares secos y a 24V, en lugares húmedos o mojados. Esta determinación no debe llevarnos a la falsa conclusión de que las tensiones menores no son peligrosas, sino que se debe entender que estos números representan simplemente valores medios y el hecho de respetarlos no nos protege suficientemente contra los peligros de la corriente eléctrica. En este sentido, las tensiones nominales para una instalación en baja tensión en Chile, serán 380/220V, 500V y 660V. los cuales son superiores a los valores límite. Por consiguiente, es necesario mantener una adecuada mantención y elementos de protección adecuados para los tipos de fallas que ocurren en las instalaciones eléctricas, cumpliendo por ejemplo con la normativa NCh Elec. 4/2003. |