¿Cuál es el rol de ISO en el mundo de hoy?
Hay una dinámica relacionada con la globalización, no sólo del comercio de productos y servicios, sino que de otros asuntos, como cambio climático, eficiencia energética, disponibilidad de agua, salud, seguridad de la información, entre muchos otros. A medida que estos temas se globalizan, también se necesita transferencia de tecnología, vehículos de promoción y difusión de nuevas tecnologías y prácticas. Esto ha redundado en el aumento de la producción de normas y en el número de miembros (157 miembros nacionales, que representan a nivel mundial el 98% de la economía y el 97% de la población).

¿Son las normas un requisito a nivel internacional?
Claramente. El mundo se está moviendo hacia normas voluntarias, como las normas que ISO produce. De hecho, nuestra colección de normas ha crecido en los últimos cinco años, de poco más de 13 mil a más de 17.500, publicándose mensualmente cerca de 100 normas nuevas o revisadas. De igual modo, nuestro alcance se ha ampliado, comenzando a trabajar en nuevas áreas de tecnología, como nanotecnología y televisión digital, entre otras. Asimismo, estamos abarcando los servicios, como turismo, distribución de agua potable y servicios financieros.

¿Cómo están abordando la Eficiencia Energética?
La Eficiencia Energética (EE) es una problemática prioritaria para nuestra organización, y no esperamos que se transformara en un tema de actualidad para iniciar nuestras actividades en torno a ella. En estos momentos, tenemos 18 comités trabajando en temas relacionados a rendimiento energético, pero hay nuevos impulsos. Por ejemplo, a nivel político, en la reciente reunión del G8 en Japón, sobresalió la preocupación de estos líderes por los altos precios que ha alcanzado el petróleo. Ciertamente, la EE está vinculada al cuidado del medioambiente y a frenar el cambio climático, pero también es una cuestión de competitividad económica, que incide en las decisiones de compra.

¿Qué iniciativas están impulsando en esta materia?
Por una parte, estamos comenzando el trabajo para producir una norma de gestión energética, complementaria a la ISO 9000 y la ISO 14000. El objetivo es generar una herramienta del mismo nivel de aceptabilidad mundial para empresas y organizaciones que quieran mejorar su consumo de energía. El comité tendrá en septiembre su primera reunión y la secretaría la comparten Estados Unidos y Brasil. Necesitaremos dos o tres años para publicar esta norma, pero creo que tendrá la misma aceptación lograda por las normas de gestión de calidad y ambiental, porque está claro que compartir las buenas prácticas en esta materia es un tema de actualidad para las compañías.

Por otro lado, estamos trabajando en biocombustibles, con dos comités (uno para los biocombustibles líquidos y otro para los sólidos). Los biocombustibles son un tema polémico para el que nos pidieron produjéramos normas internacionales sobre los aspectos técnicos (propiedades físico-químicas, grados, posibilidad de mezclas con combustibles fósiles, etc.), como las que ya tenemos para los productos petroleros.

¿Cuál será el aspecto más difícil en el proceso de las normas sobre biocombustibles?
Creo que será el de la sustentabilidad de las varias formas de biocombustibles. Por el momento, estamos analizando crear un programa de trabajo para la evaluación de la sustentabilidad de varios escalafones de producción, pues diversos vegetales no tienen el mismo impacto en el consumo de agua y fertilizantes y/o el impacto medioambiental que tiene su transformación en combustibles.

También están trabajando en una métrica para medir el consumo energético…
Así es. Hoy no hay una norma internacional para evaluar el consumo de equipos, componentes y materiales, y con IEC estamos trabajando para producir un sistema de métricas. El mundo necesita métricas para comparar y orientar elecciones de compras, establecer medidas legislativas o incentivos gubernamentales.

ISO 26000: "Existía la necesidad de obtener un entendimiento armonizado de Responsabilidad Social"

Durante su visita, Alan Bryden conoció los preparativos que está llevando adelante el Instituto Nacional de Normalización (INN) para la VI Reunión del Grupo de Trabajo sobre Responsabilidad Social. Este encuentro convocará en septiembre a más de 400 delegados de más de 70 países, quienes deberán debatir y aprobar los principales contenidos de la futura ISO 26000.

¿Por qué la ISO está generando una norma sobre Responsabilidad Social?
En primer lugar, la noción del comportamiento ético de las empresas es muy usada en marketing, y los consumidores nos han pedido que normalicemos las declaraciones de comportamiento ético y su significado. Además, una norma sobre Responsabilidad Social es la evolución natural de la gestión de la calidad total. De hecho, el concepto de calidad total se ha ampliado para incluir nuevas nociones y partes interesadas de la empresa, que ahora debe apuntar a satisfacer no sólo a sus clientes finales, sino también a empleados, accionistas, la comunidad en la que la empresa se desarrolla, etc. Finalmente, escándalos corporativos, como Enron, han generado una presión para que las compañías demuestren su calificación o nota "social" a los inversionistas, con agencias especializadas que las califican según su comportamiento. Sin embargo, aparecieron múltiples marcos de referencia, lo que siempre es una causa de preocupación y un obstáculo.

Entonces, había una necesidad de obtener un entendimiento armonizado a nivel de qué es Responsabilidad Social, sus componentes, y cómo se puede aplicar dentro de una organización. No tenemos mayor ambición que producir una guía internacional ISO, una base común de comprensión y no certificable, para tranquilidad de varios grupos empresariales que habían expresado su miedo sobre este punto.