Jaime Ugarte, Director Ejecutivo de Colliers.

La consultora Colliers realizó un profundo estudio sobre lo que ha ocurrido con el centro de Santiago desde el estallido social. Las cifras son preocupantes y abarcan desde los sectores de oficinas y locales comerciales, hasta viviendas y sector hotelero.

“El casco histórico de la capital ha reflejado un deterioro en todos los aspectos del sector inmobiliario. Si comparamos la vacancia de oficinas en el casco histórico entre 2019 y 2023, vemos que pasó de un 7,7% a 13%, mientras que el precio promedio de venta cayó a la mitad, desde 60 UF/m2 a 30 UF/m2, en tanto el valor promedio de arriendo de oficinas en el sector bajó 0,35UF/m2 a 0,25 UF/m2”, señala Jaime Ugarte, Director Ejecutivo de Colliers.

“En el sector de Retail, el valor promedio de arriendo de locales comerciales tuvo una fuerte caída, desde 3UF/m2 a 1,20UF/m2, lo mismo ocurrió en el precio promedio de venta de locales comerciales, pasando de 450 UF/M2 a 150UF/m2, mientras que cayó desde 18 UF/m2 a 7 UF/m2 la venta que hacen mensualmente los locales comerciales. El sector de hotelería ha sido fuertemente golpeado tras el estallido social y pandemia, el valor promedio de las habitaciones pasó de 90 dólares a 61, mientras que la ocupación bajó de 70% a 50%. Respecto al mercado de viviendas, pasó de venderse 3.500 viviendas a 2.253”.

Respecto a los motivos del deterioro, el ejecutivo señala que en primer lugar el deterioro es visual, por el descuido de las fachadas y de muchos locales abandonados. “No es un sector atractivo. A ello se agrega la clara sensación de inseguridad, una sensación de un gran número de personas cesantes y grupos de personas en actitudes intimidantes. La falta de transparencia del comercio ambulante, que actúa ajeno a las normas básicas del comercio: la venta con IVA, el producto confiable y la atención cuidada en un ambiente seguro, siendo el gran damnificado el comercio establecido. Finalmente ocurre que la falta de comercio establecido ahuyenta al comprador, al turista y al empleado tradicional. Esto ha llevado al traslado forzoso de oficinas a sectores más amigables con los empleados y con los clientes de las empresas de comercio o servicio. Es evidente, que es imposible atraer clientes en un medio que se percibe como hostil”.