Por Salvador Correa, Subgerente de Ingeniería y Desarrollo en E2E.

Estas semanas, se produjo uno de los mayores avances en materia de construcción industrializada de los últimos años. No se trata de una nueva planta, tecnología o software. Es una regulación.

La glosa del presupuesto 2023 relacionada con el Plan de Emergencia Habitacional presentada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), indica que “viviendas tipo industrializadas” las que no requerirán cumplir con el inciso 1° del art N°116 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, ni estarán sometidas a inspecciones y/o recepciones”. En la práctica, las viviendas “tipo” no requerirán del permiso de edificación y no serán recepcionadas por la DOM, tal como pasa hoy con proyectos estratégicos, como una cárcel. Este proceso de desarrollo será más rápido e incentiva la construcción industrializada por un período de tiempo acotado. Y el SERVIU apoyará el proceso de revisión (ya que deben cumplir con las mismas exigencias de una obra tradicional) de proyectos industrializados que tienen características que podrían complicar a la DOM cuando debemos generar gran cantidad de permisos.

La nueva forma de validar viviendas tipo permitirá mayor competencia, porque las familias tendrán más opciones. Además, permitirá repetitividad, y con eso una mejora continua y evaluación de nuevas tecnologías. Esto es especialmente importante para el uso de la madera, en un período en que la industria y la academia tienen mucho que compartir.

Hoy las soluciones usadas para definir la composición de los elementos -como muros, entrepisos y techos- provienen de listados oficiales publicados por Minvu. En su gran mayoría, estos ensayos fueron realizados por proveedores de materiales y una porción mínima contiene madera. En el último tiempo iniciativas como Diseña Madera y centros académicos han hecho un necesario contrapeso, incentivando la construcción en madera. Sin embargo, muchos prefabricadores del mundo de la madera usan soluciones distintas, dejando ver que falta optimización.

Con una vivienda tipo, su evaluación de costos, la experiencia con los comités de vivienda y de los equipos de trabajo, podremos analizar nuevas técnicas: conexiones estructurales para un montaje rápido, placas estructurales con terminación tanto en fachada como interior, mix de grados de madera para optimizar costos, adhesivos estructurales, conceptos de modelación estructural, productos y procedimientos de sellado, materiales de aislación, soluciones para el fuego y acústicas. Entre otras soluciones que se pueden mejorar en torno a una casa-producto.

Los industrializadores del mundo de la madera tenemos la posibilidad de demostrar que la mayor calidad, producto de los materiales y procesos, tienen un valor también en el desarrollo del proyecto. Hoy contamos con la repetitividad que permite hacer los desarrollos necesarios para diseñar responsablemente, ser competitivos y hacer brillar los atributos de nuestro material: baja huella de carbono, desempeño térmico, su idoneidad para la prefabricación y logística, y su simplicidad para ensamblar.