Guanay es un proyecto único en la zona -y también en nuestro país- que está innovando en la forma de desarrollar proyectos inmobiliarios para el futuro. No sólo incorpora a la naturaleza como concepto prioritario en su desarrollo -utilizando menos del 10% de la densidad habitacional permitida por el Plan Regulador- sino que, justamente por esto, permite que sus vecinos de las viviendas contempladas en el máster plan puedan acceder a grandes áreas verdes comunes.

Se trata de un loteo para viviendas, emplazado en la zona sur de Maitencillo, con aproximadamente 240 hectáreas de superficie y cerca de 2 kilómetros de frente de mar sobre majestuosos acantilados, que son parte de los grandes atributos geográficos de la zona.

El proyecto contempla inicialmente el desarrollo de 450 sitios unifamiliares de 1.800 metros cuadrados de superficie promedio, integrados en cuatro condominios de baja densidad, precisamente para ayudar a preservar el rico ecosistema costero, hábitat de una nutrida flora y fauna, por lo que las áreas comunes abarcarán a no más del 30% de la superficie total de los condominios.

Dentro de la propuesta de valor de Guanay, destacan la coexistencia de áreas de conservación de bosques nativos de 10 hectáreas de extensión; una zona de 18 hectáreas de protección de piqueros (aves migratorias que se reproducen en los acantilados); 50 hectáreas de áreas verdes comunes, que serán replantadas con especies nativas de la zona; accesos hacia el borde costero; y la construcción de un sendero peatonal con miradores para la apreciación y disfrute de esta reserva natural.

Francisco Walker, Director Ejecutivo de Banmerchant, destacó que Guanay “es un proyecto único que resalta la naturaleza y el cuidado de la flora y fauna, y que -justamente por eso- agrega valor a todo el proyecto inmobiliario. Si bien el Plan Regulador nos permite construir muchísimas más viviendas, optamos por un loteo sustentable, que respeta y está en sintonía con su entorno natural, como así también con la comunidad donde se inserta”.

Con el fin de responder a los compromisos medioambientales, e ir incluso más allá de las exigencias legales, se creó la Fundación Acantilados del Alto que -junto al Grupo de Acción Ecológica Chinchimén e integrada por comunidades ecologistas y ONGs de la zona- gestionará el Área de Derecho Real de Conservación, que el proyecto Guanay le cedió. Ésta corresponde a una reserva ecológica para la protección de zonas de nidificación y el cuidado de la fauna del lugar, además de involucrar la tuición de las áreas protegidas de bosques nativo dentro del loteo.

Walker enfatizó que “el alma de Guanay está en el cuidado y puesta en valor del medio ambiente y en el mejoramiento de la calidad de vida de los vecinos. Esta fundación contará con recursos asegurados, incluso en el largo plazo, para su funcionamiento y poder cumplir adecuadamente con su cometido”.

Otro de los grandes atributos de Guanay, es que contará con agua potable y alcantarillado a partir de un convenio de operación con la empresa sanitaria El Molino.

“Paralelamente, tenemos un convenio de interconexión para el tratamiento de las aguas servidas con ESVAL, que contempla la construcción de un acueducto de 4 kilómetros desde el loteo hasta la planta de Puchuncaví, aportando así a mejorar la infraestructura sanitaria de la zona y colaborando a facilitar que esta pueda lograr extender sus prestaciones a otras comunidades del sector”, aclaró el ejecutivo de Banmerchant.

Guanay cumplirá además con estándares de seguridad de alta gama y una conectividad única en la zona, ya que estará ubicada a sólo 300 metros de una conexión directa a la futura autopista Bypass Nogales-Puchuncaví en su extensión a Maitencillo (actualmente en construcción).

Guanay tiene como socios estratégicos a la Constructora Ebco en su rol como constructora y financista del proyecto, además de P&G Larraín responsable de comercializar los cerca de 450 sitios unifamiliares.