Por Andrew Trench Fontanes, Past Presidente CChC Antofagasta Director Zona Norte CChC.

Antofagasta, hoy más que nunca tiene grandes oportunidades de ser reconocida a nivel internacional como una región desarrollada y sostenible; destaca mundialmente como una de las con mayor potencial en energías limpias y además, se trata de una región minera por excelencia, con inmensas potencialidades.

Contamos con nuestro baluarte que es el cobre, también con el litio, y además se encuentra en desarrollo y consolidándose el corredor bioceánico, que nos permitirá constituirnos como plataforma de integración Asia-Pacífico. Ante este auspicioso escenario y con el objetivo de poder sustentar en el tiempo cada una de estas grandes oportunidades, lo urgente hoy es el fortalecimiento de la matriz económica productiva de la región.

El sector minero continúa en desarrollo, pero se requiere una mayor participación y presencia de la industria secundaria en torno a la minería. Industrias metalúrgicas, químicas, de construcción y de ingeniería, entre otras, deben atreverse a tener una mirada de futuro y decidir instalarse en la región, considerando que el cumplimiento de metas mundiales y locales en cuanto a energías limpias y carbono neutral, están a la vuelta de la esquina. Y que sin duda donde mejor podrán desarrollarse, es en Antofagasta.

Una de nuestras grandes oportunidades como región y como país es asociar el corredor bioceánico a las energías limpias y al desarrollo del sector secundario de la minería. Grandes empresas del mundo automotriz comunicaron hace unos días que no fabricarán más vehículos con combustibles fósiles de aquí a unos pocos años, y las opciones son la electricidad y el hidrógeno verde. Así, quienes lo produzcan generarán una matriz energética limpia, con un excelente costo a mediano y largo plazo. En Antofagasta ya hay grandes usuarios dispuestos a hacer ese cambio: las mineras.

Se anunció la pronta creación e instalación en Antofagasta del llamado Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), labor que será supervisada por la Corporación de Fomento para la Producción (Corfo). Se trata de un instituto de energías limpias diseñado para desarrollar una minería de bajas emisiones de CO2, lo que en la industria se conoce como “minería verde”, apuntando a reducir la huella de carbono del país.

Todo lo anterior nos posiciona con una proyección de futuro única. Tenemos recursos asegurados de la minería: Escondida proyecta 100 años de vida adicional. Chuquicamata aumentó su proyección de vida. Además, los consumos de cobre muy probablemente van a aumentar por el tema justamente de la electromovilidad.

Colaboremos desde nuestro ámbito de acción, ya sea público o privado, en propiciar el desarrollo de la región de Antofagasta y, considerando que vivimos en un país con realidades y necesidades diversas, permitamos que las decisiones importantes de las regiones sean tomadas desde las propias regiones, cuyas autoridades y población son las que mejor conocen los problemas que los aquejan. El mundo está cambiando a pasos agigantados y es el momento de hacerlo en beneficio de todo el país.