Una retracción del 2,4% en el primer trimestre registró la construcción brasileña, comparando con el último trimestre de 2019, proyección que se espera siga a la baja.
Según Ana Maria Castello, del centro de estudios Fundación Getúlio Vargas, la construcción informal, familiar y realizada por pequeñas empresas representa un 40% del total del sector en Brasil. Este segmento del mercado tuvo una paralización casi completa, debido a la fuertísima baja en el nivel de ingresos y aumento en el desempleo.
Las empresas constructoras más grandes mantuvieron sus sitios de obras porque la actividad fue considerada esencial por el gobierno. Pero la especialista afirmó que el ritmo de trabajo disminuyó, con despidos de personal y suspensión de trabajadores que están en algún grupo de riesgo.
Fundación Getúlio Vargas prevé que el PIB de la construcción en Brasil tenga una caída del 11% en 2020.
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