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El corte de luz masivo del jueves 19 de marzo dejó en evidencia la calidad crítica de la energía eléctrica en medio de la pandemia de coronavirus que vive el país.
El equipamiento especializado para el tratamiento de enfermedades necesita electricidad, por lo que la interrupción del suministro de energía podría tener consecuencias graves en la salud de los pacientes.
Para descongestionar la matriz energética del país, los hospitales han comenzado a incorporar plantas de autogeneración de energía, liberando así esa cuota para otros consumos a nivel nacional.
“Los hospitales son uno de los centros públicos con mayor consumo de electricidad. De ahí la importancia de este tipo de proyectos, que junto con descongestionar la matriz energética, aportan energía limpia y sustentable a la comunidad.En el caso de Rancagua, aportamos nuestro conocimiento y experiencia en el diseño y la construcción de esta planta fotovoltaica, en el principal centro asistencial de la región de O’Higgins”, explica Vicente Walker, Gerente de Operaciones de TRITEC-Intervento.
Ese es el caso del Hospital Regional de Rancagua, que desde diciembre de 2017 cuenta con una planta fotovoltaica de autoconsumo de 280 kWp de potencia -que permite al edificio generar su propia energía- instalada por la empresa suizo-alemana TRITEC-Intervento. “La planta produce alrededor de 470 MWh de energía al año, reduciendo además las emisiones de carbono a la atmósfera en 160 toneladas”, agrega el Gerente de TRITEC-Intervento.
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