Más de alguna vez hemos observado en un cruce peatonal donde alguien trata de utilizar la botonera que hay en los semáforos, sin obtener resultados positivos, ya sea porque no funciona, está vandalizada, o no cumple con los requisitos básicos para las distintas personas de nuestra población.

Según el catastro nacional de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) en nuestro país existen más de 4.500 semáforos conectados a los sistemas de control, siendo la Región Metropolitana la que tiene el mayor número, con más de 3.000. En ninguno de los cruces existía algún tipo de dispositivo inclusivo. A partir de este año la empresa Bramal -www.constructorabramal.com- incorporó una botonera que va en ayuda de un número importante de la comunidad, porque está pensada para que ser utilizada por personas ciegas, con movilidad reducida y los adultos mayores.

Para Luis Bravo, Socio Fundador de Bramal, la nueva tecnología apunta a la inclusión y a la seguridad vial, “puesto que permite indicaciones por medio de voz y sistema braille, que además de avisar los tiempos del semáforo de forma táctil, entrega información de las características de las calles cercanas. Otro punto importante, es que se activa con cualquier parte de una de las extremidades, además están homologadas y validadas por la Unidad Operativa de Control de Tránsito y en una primera etapa ya estamos con dispositivos en Estación Central y La Serena. Otro dato para destacar, no es necesario instalar un nuevo semáforo, se adaptan de manera perfecta a los ya existentes”.

Es importante considerar que, según datos del Estudio Nacional de Discapacidad, en nuestro país hay más de 2.600.000 personas con algún tipo de discapacidad, esto equivale al 20% de la población. Además, de acuerdo al Instituto Nacional de Geriatría cerca del 34% de los adultos mayores no alcanza a cruzar una calle con luz verde, por lo tanto, este tipo de tecnología vial es de alto impacto, sobre todo por el número de personas que apoya para mejorar la calidad de vida y la seguridad en los cruces peatonales.

En este sentido, la Terapeuta Ocupacional, Magdalena del Piano, Coordinadora Técnica del Área Laboral de Fundación Coanil, comentó que “nos parece una alternativa bastante útil para favorecer la inclusión y participación comunitaria de las personas en situación de discapacidad en su comunidad, con eso mejora la autonomía e independencia, es un ajuste que les va a permitir movilizarse y trasladarse de manera más segura y fácil y con eso favorece su calidad de vida”.

La historia de los semáforos tiene más de 150 años. En Chile cerca del año 1926 comenzaron a funcionar, y su masificación llegó en la década de los 60. Son un claro actor en el orden y seguridad vial. “Sin duda alguna cuando no están se produce un caos tanto para los conductores y peatones. En ese sentido en Bramal nos preocupamos de la situación país, por lo tanto, nuestras botoneras son simples de mantener, de utilizar y están pensadas para que no sean vandalizadas”, agregó Luis Bravo, Socio Fundador de Bramal.