Todos queremos bajar lo máximo posible nuestras cuentas básicas mes a mes en nuestro hogar, tratando de apagar luces innecesarias, realizando duchas más cortas, cuidando que el calor o frio, dependiendo de la época del año, no se escape por entremedio de los vidrios, entre otros.

Hay que tener claro que lograr ahorrar dinero en nuestro consumo diario no es una tarea difícil, sino que solo hay que trabajar sobre ella. Es por esto que debes considerar algunos consejos sencillos que te ayudarán a lograr ese equilibrio de economía doméstica y calidad de vida.

Preocupémonos de mantener apagados los aparatos eléctricos cuando no los estamos usando. Debemos tener claro que siguen gastando y que te aumentarán la cuenta de la luz hasta en un 12% en forma mensual.

No abuses de la calefacción y el aire acondicionado. La temperatura ideal para una casa está en torno a los 20ºC, por lo tanto, por cada grado extra, el consumo sube entre un 5% y un 10%.

Unas buenas ventanas son una inversión de futuro. Junto con el tema de la calefacción y el aire acondicionado, muchos hogares se ven obligados a prenderla al máximo, debido a las fugas de calor o frío por las ventanas, donde solo bastará con acercarnos a una de ellas, para darnos cuenta que la temperatura desciende o aumenta rápidamente unos 2 o 3 grados.

"El termopanel Low E puede reducir a menos de la mitad la fuga energética frente a un vidriado simple. Esto quiere decir que en invierno o verano se conserva la energía que se perdería a través de un vidriado simple, por lo tanto se genera un significativo ahorro de consumo en calefacción o aire acondicionado”, asegura Gonzalo Acevedo, Gerente Comercial de Vidrios Lirquen.

Atento con los electrodomésticos que más consumen. Por lejos el refrigerador es el que más consumo genera en nuestro hogar, por lo tanto, debemos ponerlo en un lugar fresco y ventilado alejado del calor. Además, evitarás gastar hasta un 7% de energía por cada vez que lo abras.

Hacer una revisión de tu casa es clave tanto por tu propia seguridad como para evitar cobros excesivos por posibles fugas. En una casa nueva la revisión se debe hacer cada 10 años, a diferencia de las propiedades que tienen más de 25 años de antigüedad, a las cuales se les debe hacer una revisión cada cinco años.