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Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) desarrollaron un método que permite usar las cenizas volantes procedentes de incineradoras de residuos sólidos urbanos como materia prima secundaria, como cemento, hormigón, materiales cerámicos o pavimentos.
El tratamiento reduce el carácter peligroso de las cenizas, consideradas por la legislación europea como residuos tóxicos, debido al alto contenido en sales solubles, como cloruros y sulfatos, y metales pesados.
El método desarrollado consiste en tratar las cenizas volantes con carbonato sódico como agente estabilizante, y presenta una doble función en una única etapa: separación de los cloruros de las cenizas e inmovilización de los metales pesados en las cenizas tratadas, consigna www.construible.es
El proceso consigue eliminar el 97% de los iones cloruro, y la reacción de carbonatación consigue una reducción significativa de la movilidad de metales tales como plomo, zinc, cobre y cadmio, que quedan retenidos en las cenizas tratadas en un porcentaje superior al 87%.
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