Se acercan los meses fríos del año y mantener una temperatura agradable dentro del hogar es una preocupación cada vez más latente, pero antes de comprar un equipo de calefacción es fundamental tener en cuenta un factor determinante: la óptima aislación térmica de la vivienda.
Una buena aislación evita que se pierda el calor que se genera en un espacio interior. Mientras mayor aislación, menor será la pérdida de calor y se obtendrá mayor confort. José Antonio Kovacevic, Gerente del área Green Building de Efizity, indica que, no obstante, se debe tener en cuenta que un exceso de aislación puede producir sobrecalentamiento en verano, por lo tanto, debe ajustarse tanto a los meses más cálidos como a los fríos.
"Si consideramos el uso de la calefacción en invierno, la idea es que tengamos el aire al interior lo menos frío posible, de manera que el equipo requiera menos energía para calefaccionar, pero como también hay que mantener niveles de ventilación adecuados, aconsejamos ventilar en las horas de mayor calor durante un día de invierno, para que el intercambio de aire no se haga con un aire de temperatura tan fría”, explica Kovacevic.
En esa línea, en los departamentos, tanto la especificación del vidrio y el marco, como la operación de las ventanas tienen mayor incidencia en el desempeño de los equipos de calefacción, ya que un buen uso es un complemento en el potencial ahorro de energía de una vivienda. "Durante el invierno, se deben maximizar la entrada de la luz solar (radiación) y proteger las ventanas con cortinas o roller interiores el resto del tiempo, para evitar las pérdidas de calor generadas por el uso de calefacción si es que se utiliza", dice el ejecutivo de Efizity.
A la vez, es muy importante que los elementos que están en contacto con el exterior como los muros, techumbre, pisos ventilados (voladizos, bow-windows, estacionamiento, entre otros), y las ventanas, consideren materiales que permitan mantener las casas con temperaturas confortables, esto es mantener temperaturas sobre los 18° en invierno y hasta 26° en verano.
Por eso, Ricardo Fernández, Gerente Técnico y Desarrollo Sostenible de Volcán, sostiene que los materiales de mayor masa tienen una mayor absorción del calor, por lo tanto, ralentiza el proceso de calefacción en un espacio interior; y los materiales ligeros, si no cuentan con la debida aislación facilitan la fuga del calor hacia el exterior. "Es recomendable utilizar lana de vidrio para aislamiento de techumbre y muros; y lana mineral para aislaciones entre muros y exterior. También, para interior existen productos como Volcapol que es un laminado de volcanita y poliestireno ideal para revestimiento de muros de hormigón, que ayudan a mantener el confort térmico de una vivienda", aconseja el experto de Volcán.
Para optimizar aún más la aislación, incluso los ductos del sistema de climatización pueden tener aislante. Existen soluciones, como el Climaver Neto, confeccionadas con lana de vidrio de alta densidad y un recubrimiento exterior aluminizado, las que permiten distribuir el aire de sistemas de climatización, logrando eficiencia energética por menores pérdidas que los ductos tradicionales.
En Chile, una vivienda de la zona central tiene un gasto en calefacción promedio estimado de 152 kWh/m2 al año en casas y 85 kWh/m2 al año en departamentos. Ricardo Fernández ejemplifica que en Alemania, con un clima más extremo, las normas están pensadas para un consumo de hasta 40 kWh/m2 año.
Pero el consumo de energía estará directamente relacionado al tipo de vivienda y cómo se utilice el equipo de climatización. Por ello, José Antonio Kovacevic, de Efizity, recomienda evaluar bien la vivienda antes de decidir por alguna mejora, "ya que por ejemplo en departamentos, probablemente, la mejor inversión sea mejorar las ventanas, y en casas aumentar la aislación de muros y techumbre", dice.
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