Las viviendas consumen casi un 15% de la energía total del país y parte importante de ésta se destina a calefacción, un recurso que se puede optimizar con una adecuada aislación térmica de la vivienda. Es por eso que la nueva Ley de Eficiencia Energética –ya en tramitación en el Congreso– establece que las edificaciones residenciales nuevas, antes de su comercialización, deberán incorporar una Calificación Energética de Viviendas emitida por el Minvu.

“El principal beneficio de que todas las viviendas nuevas cuenten con un etiquetado de eficiencia energética es que aquellas personas que estén en la búsqueda de comprar una casa o departamento tendrán información sobre el desempeño energético de éstas, evaluado de manera estandarizada y objetiva. De este modo, será más simple comparar las opciones disponibles en el mercado”, sostiene José Antonio Kovacevic, Gerente área Green Building de Efizity.

Se trataría de una etiqueta similar a la de los electrodomésticos y ampolletas, donde una mejor letra significa que las viviendas podrán otorgar espacios que mejoren la calidad de vida de sus usuarios a la vez que reducen los gastos de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano. El objetivo es que las personas tengan información que les permita identificar y comparar el desempeño térmico y la eficiencia energética de las viviendas, y que estos puedan ser elementos diferenciadores al momento de la compra.

Por el momento la medida no es obligatoria hasta que se apruebe la ley, pero es una herramienta voluntaria –disponible desde 2012– que muchas inmobiliarias están utilizando como elemento diferenciador en su proceso de venta, ya que ofrece información clara y consistente, generada a través de una metodología desarrollada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Esto, además de incrementar su competitividad, les permite ofrecer beneficios de créditos hipotecarios con bancos que entregan rebajas en la tasa de interés para viviendas ecológicas con calificación D o superior.

“En Efizity llevamos seis años evaluando y etiquetando viviendas en más de 200 proyectos, tanto de casas como departamentos, a lo largo de todo el país y en un amplio rango de precios, desde las 1.500 a 40.000 UF”, señala Kovacevic.

Se trata de un proceso sencillo cuando se considera un Evaluador Energético (EE) con experiencia. La inmobiliaria sólo debe presentar información básica del proyecto, como la planimetría de arquitectura, especificación de materiales y de equipos; además de algunos documentos de respaldo. Con esa información el evaluador realizará el levantamiento de datos necesarios para poder incluirlos en la herramienta de cálculo del Minvu y obtener, así, los resultados sobre el comportamiento energético de la vivienda. Con ellos, un evaluador acreditado puede ingresar a la página web de la calificación, inscribir el proyecto, subir la evaluación y descargar el informe oficial con los resultados de cada una de las viviendas.