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La demanda actual en la industria de construcción en Brasil es baja, pero con atisbos de optimismo. El ritmo de la actividad se sitúa en los 47,1% en marzo; el mayor nivel desde noviembre de 2013. Sin embargo, el corte que señala un aumento o caída de la actividad es la barrera del 50%, por lo que aún no hay que cantar victoria.
El nivel de utilización de la capacidad de operación se situó en 57%, lo que quiere decir, que las empresas constructoras operaron con el 43% de la maquinaria disponible, según cifras de la Confederación Nacional de la Industria en Brasil (CNI).
Hay tres factores que se hacen notar a la hora de hacer las estadísticas de la situación: la demanda insuficiente, la elevada carga tributaria y la falta de capital de trabajo. De hecho, casi un 70% de las menciones de los estudios realizados por CNI de los principales problemas de la industria, tiene que ver con estos factores.
La investigación del organismo indica que las perspectivas a futuro son positivas. Incluso con las ligeras caídas registradas en abril respecto a marzo de este año, todos los indicadores de expectativas están por encima de los 50 puntos, mostrando que los empresarios esperan el aumento de la actividad, de nuevos emprendimientos y servicios, de la compra de materias primas y del número de empleados en los próximos seis meses de 2018, indican desde Construcción Latinoamericana.
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