El sector de la construcción es el que menos invierte en innovación en España. El Instituto Nacional de Estadística (INE) constata que en el 2015, tan solo el 1,1% de gasto en innovación que realizaron las empresas españolas procedía de la construcción, un sector que, sin embargo, aporta el 10,4% del producto interior bruto (PIB).

En este sentido, el Informe BBConstrumat, elaborado como consecuencia de la 20ª edición de Barcelona Bulding Construmat, que se celebra del 23 al 26 de mayo en Barcelona, destaca que el sector tienen ante sí el reto de "abandonar su zona de confort" (el proyecto y la ejecución) y participar en las fases de explotación del edificio de la infraestructura hasta el final de su vida útil.

No se trata, sin embargo, de un reto exclusivo del sector en España. Un estudio de Mckinsey (The digital future of Construction) señala la digitalización del sector como una de sus deberes más importantes. Y destaca que la digitalización de la construcción se encuentra incluso por detrás de sectores como la agricultura. Asimismo, el informe pone de manifiesto que la productividad del sector está en los mismos niveles que 80 años atrás- "La digitalización, la innovación y la apuesta por la sostenibilidad serán las claves del futuro".

El informe, elaborado por el ITeC, destaca que la recuperación que empieza a experimentar el sector es desigual: "no es igual en todas las comunidades autónomas y mucho menos en los subsectores". La vivienda ha sido el primer mercado en recuperarse, y lleva dos años de crecimiento, Las estadísticas de visados muestran que en España se están iniciando una 1,5 viviendas de nueva planta por 1.000 habitantes, menos de la mitad de la media europea

En la edificación no residencial se constatan las dificultades que España aún tiene para despegar de la fase de estancamiento. En la actualidad, los nuevos proyectos no residenciales suponen menos de 90 metros cuadrados por 1.000 habitantes.

A la rehabilitación, tras haber salido del bache de 2012-2014, le cuesta aún remontar más allá del volumen registrado en el 2015. La obra mayor de rehabilitación supone una inversión de algo menos de 45 euros por habitante. La ratio europea es de 195-260 euros. Y la ingeniería civil, a pesar de que los repuntes de la licitación durante el 2013 y el 2014, los datos del 2015 y el 2016 ponen de manifiesto que la demanda pública de obra civil sigue en horas bajas. Si repercutimos los datos de licitación sobre la población, resultan unos 110 euros por cápita, frente a los 185 euros del conjunto de Europa.