A lo largo de las últimas décadas, la modernidad y el desarrollo inmobiliario han transformado el skyline de Santiago. Los proyectos corporativos y de oficinas han llevado la delantera en materia de arquitectura a gran escala, pero poco a poco comenzamos a observar una nueva tendencia arquitectónica en materia de oficinas, que entiende la escala como la proporción del espacio con las dimensiones humanas o está contextualizada dentro de los barrios donde están insertas.

Esta propuesta se aleja de los tradicionales núcleos o polos en altura, apostando precisamente por aquellos sectores donde los planos reguladores apuntan a proteger el carácter único de sus barrios.

Actualmente, los conocemos como oficinas de categoría “boutique”, no sólo por su tamaño, sino porque también tienen características de diseño valoradas por cierto perfil de empresas o family offices, que están dispuestas a pagar más por un producto sofisticado y en ubicaciones apartadas de las grandes concentraciones, como ocurre en algunos sectores de La Dehesa y Vitacura.

Estos proyectos destacan por contar con arquitectos de renombre entre sus profesionales, propuestas innovadoras y se atreven a incorporar paisajismo, como si se tratara de un proyecto residencial de alto estándar.

Un ejemplo de esta tendencia es Plaza Costanera de Inmobiliaria Vertical, proyecto de oficinas que actualmente está en proceso de construcción en Nueva Costanera, un barrio mixto y de baja altura. Sus arquitectos, Alfonso Armas y Rodrigo Domínguez, proyectaron un edificio en forma de L de sólo siete pisos, con un innovador diseño de su fachada, que consiste en una estructura cuadriculada de aluminio como segunda piel sobre el muro cortina.

“La segunda piel ayuda a fragmentar el volumen de cristal, ofreciendo una lectura menor de la fachada, no de una estructura de cristal continua. La trama acerca los volúmenes a la escala de las personas, haciendo el edificio más amable con el entorno. Adicionalmente, esta estructura cumple la función de sombreadero, modulando la incidencia directa del rayo solar sobre el cristal”, explica José Ignacio Forteza, Gerente Comercial de Inmobiliaria Vertical.

Para lograr una elevación menos dura y más amigable, uno de los ángulos de la fachada fue abierto para proyectar tres ascensores panorámicos, que potencian la vista y el alto estándar del edificio y del sector de Nueva Costanera, conocido por sus tiendas de lujo y restaurantes de primera línea.

Como en las grandes ciudades, donde los terrenos para construir son cada vez más escasos, también se incorpora el uso del subsuelo para oficinas y comercio, optimizando los metros cuadrados de constructibilidad del proyecto, espacios son tratados arquitectónicamente con patios interiores –también conocidos como patios ingleses–, con el fin de permitir la entrada de la luz y la ventilación natural.