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La atomización de la familia como consecuencia del mayor poder adquisitivo de los jóvenes, la migración de estudiantes a la capital y el aumento de parejas separadas o sin hijos, así como el alza en el valor del suelo, cada vez más escaso en Santiago, ha favorecido el desarrollo de los departamentos llamados unipersonales o bipersonales. Su alta demanda y baja volatilidad de la vacancia también lo han convertido en un producto apetecido por los inversionistas.
Actualmente, la oferta se concentra entre las 1.000 y 3.000 UF, en las comunas de Las Condes, Providencia y Santiago Centro, principalmente por la buena conectividad y cercanía a una mayor cantidad fuentes laborales. “Sin embargo, los nuevos escenarios regulatorios en comunas como Providencia y Santiago Centro, han cambiado la composición de la oferta, trasladándose a comunas como Ñuñoa e Independencia, sectores en los que han aumentado en forma significativa los departamentos pequeños durante los últimos años. Asimismo, la llegada del Metro en estas comunas también ha traído consigo un efecto en que muchos están apostando a la prolongación de las nuevas líneas y a asentarse en torno a éstas”, explica Andrés Ergas, Gerente Comercial de Ralei Grupo Inmobiliario.
La reducción de las superficies ha provocado que las actividades sociales se estén desarrollando fuera de los departamentos, lo que “exige cada vez mayor innovación y sofisticación de parte de los proyectos inmobiliarios, con el fin de ampliar las actividades que se pueden realizar indoor. Ya no basta con tener un piscina, sala de eventos o gimnasio, sobre todo cuando se trata de familias con hijos pequeños o adolescentes”, comenta Andrés Ergas.
Por esta razón, hoy existe una fuerte competencia entre los proyectos inmobiliarios por ofrecer mejores y más espacios comunes o “facilities”. Conceptos como salas lounge, pool bar, salones gourmet o salas de estudio con wifi, son parte del equipamiento que está comenzando a incorporarse en los edificios, con el fin de satisfacer las necesidades de los nuevos propietarios.
Para aumentar el atractivo del proyecto, las inmobiliarias tratan de escoger ubicaciones donde exista una buena red de comercio, servicios y restaurantes, acorde con el estilo de vida urbano de los residentes, incentivando en consecuencia la revitalización de los barrios.
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