La Comisión de Desarrollo Empresarial es un grupo de trabajo creado por la CChC que propone las directrices y supervisa las acciones tendientes a potenciar el desarrollo de las empresas socias de la Cámara, elevando el estándar educacional de su capital humano, y mejorando su capacidad de gestión, productividad, calidad y competitividad global.

Es a partir de su participación en esta Comisión que la Corporación Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción ha tenido la oportunidad de tomar parte en una serie de investigaciones que buscan determinar la efectividad de la capacitación y de las acciones desarrolladas en este sentido. Desde esta experiencia, a juicio de Herman Noll, lo más concluyente de estos estudios es que entre más pequeña es la empresa menos recursos y tiempo destina a la capacitación de su mano de obra, lo que coincide con lo que siempre se ha sospechado en torno al tema.

Como consecuencia de esto, la Corporación ha diseñado sistemas de apoyo para las empresas más pequeñas -las llamadas Pymes o Empresas de Menor Tamaño-, principalmente destinados a los contratistas y subcontratistas de grandes empresas, con el fin de que se preparen en materias técnicas a partir de planes de subsidio y consultoría.

Algunas conclusiones

La experiencia que por años ha ligado a Herman Noll con el ámbito de la construcción y, más precisamente, con las empresas que se mueven en este medio, le permite sostener que la gran mayoría de las Empresas de Menor Tamaño no hacen uso del sistema de franquicias del Estado, más allá de la oferta que se plantea en esta línea.

"Lo que me ha tocado observar es que el gran problema de las empresas pequeñas es que los planes de apoyo del Estado y la forma en que el mercado diseña los distintos cursos no tienen la flexibilidad que ellas requieren".

En este sentido, a juicio del ejecutivo de la CDT, lo que las Pymes necesitan son cursos cortos, dados en terreno y centrados en temas específicos de la producción. "Al final, lo que ocurre es que este tipo de empresas termina por confundirse con la oferta que existe, sin encontrar lo que realmente necesita su negocio. No se trata del contenido de los cursos, sino más bien del grado de flexibilidad que éstos plantean", señala.

Por otra parte, existen fallas también desde la oferta de los cursos, donde para que el producto sea rentable para una empresa capacitadora se requieren más de 15 o 20 alumnos en la sala, lo que para una Pyme es prácticamente imposible. Junto con esto, la posibilidad de armar alianzas entre distintas constructoras pequeñas tampoco es válida porque se trata de necesidades y focos muy distintos, que es necesario abordar a partir de unidades específicas también.

Con todo, lo que es claro a juicio de Noll es que el bajo nivel de capacitación entre las Pymes no responde a temas de costo, porque las franquicias existen, sino más bien a problemas de ajuste entre la oferta y la demanda. "Las empresas pequeñas están obligadas a vivir el día a día por la sobrevivencia y generalmente no tienen el tiempo para analizar las ofertas que se les hace en términos de capacitación. Por otro lado, tampoco están en condiciones de detener la producción de su escasa mano de obra durante tiempos muy largos, por lo que la capacitación queda relegada a un lugar muy lejano de sus prioridades".

En relación a los contenidos, las principales necesidades de capacitación de las Pymes se centran en la calidad del trabajo, aseguramiento de la misma y procedimientos de trabajo, lo que en menor medida también se observa en las medianas y grandes corporaciones.

En esta misma línea, el ejecutivo plantea que otra falla importante es que no se hacen diagnósticos adecuados que permitan definir lo que se busca y se necesita en capacitación. "Las empresas pequeñas no están en condiciones de analizar y decir lo que necesitan, mientras que el mercado tampoco les está ofreciendo algo atractivo".

Así las cosas, las mejoras pasan necesariamente por capacitar a los segmentos directivos en torno a la importancia y los beneficios que se pueden obtener preparando mejor a su personal. Para esto, es fundamental destinar recursos para modificar la cultura de los directivos en relación a la capacitación, para que no la observen como una pérdida de tiempo, que distrae al personal del foco del negocio, sino, por el contario, como una oportunidad para crecer.

Con todo, explica el ejecutivo, "existe el mito de que en la construcción la gente no está dispuesta cambiar la forma en que hace las cosas. Sin embargo, nuestra experiencia ha sido que cuando se realizan acciones de capacitación con constructores en terreno y sobre temas específicos, la gente tiene una buena disposición para aprender y se obtienen buenos resultados", concluye.