"Existen proyectos emblemáticos con hormigón, donde el pavimento aún se mantiene en perfectas condiciones, superando las proyecciones en relación a su vida útil, como algunos tramos del camino Melipilla, la ruta 68 a la altura de Curacaví y la ruta Talca-Chillán, entre otras, que dan cuenta del excelente comportamiento de este material en el tiempo", explica Cristián Masana, Ingeniero Civil encargado del Area Pavimentos del Instituto del Cemento y del Hormigón de Chile (ICH). Veinte años más tarde, el hormigón sigue siendo destacado por sus amplias ventajas -menores costos de intervención en el tiempo, menos externalidades asociadas, mayor seguridad vial, mejor iluminación, resistencia, durabilidad, rigidez y estabilidad en el tiempo- pero se descarta su uso por consideraciones económicas, donde la alternativa del asfalto es evaluada como más económica. Un criterio abiertamente rebatido por los especialistas del hormigón, que señalan que estas consideraciones están sustentadas en análisis de costos iniciales, donde el hormigón puede ser más caro, pero que no toman en cuenta el ciclo de vida y las posteriores mantenciones, que en los pavimentos de hormigón se reducen prácticamente a cero a lo largo de toda su vida útil. La pérdida de mercado por parte del hormigón provocó una fuerte disminución del know-how y la experiencia para hacer pavimentos de hormigón que por años distinguió a Chile en el resto del mundo. Una situación que hoy ha empezado a revertirse en base a la incorporación de mejor tecnología y a una tendencia que busca una mayor optimización de las metodologías de diseño. Junto con esto, se han incorporado también nuevas metodologías de seguimiento -tales como Pavement Evaluator y HDM-4- para conocer el comportamiento de los pavimentos en el largo plazo, permitiendo, además, visualizar las ventajas comparativas entre distintos materiales. Nuevas tendencias Este aumento en el uso del hormigón ha posibilitado que las empresas vuelvan a innovar y a introducir tecnología en sus proyectos, como es el caso de los trenes pavimentadores para rutas urbanas. "Hoy día tenemos proyectos importantes que han optado por el hormigón, como las rutas principales de alto tráfico del Transantiago; junto con proyectos más pequeños como el de Pavimentos Participativos que se incentiva en las comunas, donde se ha registrado una significativa preferencia por el hormigón, debido a que se valora su permanencia en el tiempo", explica Masana. En este sentido, un proyecto importante que ha liderado el ICH y del que también se ha hecho eco el MOP es el de reducción de espesores y losas, los llamados pavimentos delgados. Se trata de una serie de pruebas que buscan conocer el comportamiento de pavimentos de hormigón más delgados de lo que indican las metodologías de diseño. De esta forma, las primeras demostraciones ejecutadas por el ICH en el 2005, con losas de 8 cm de espesor y cortes de juntas a 1,75 m en ambas direcciones, dieron paso a un tramo de prueba con pavimento delgado de hormigón de 400 metros de largo en la XII Región, solicitado por el MOP a fines del 2008, al cual se le incorporó instrumental y que actualmente está siendo monitoreado. Junto con esto, se evalúan materiales alternativos para vías pequeñas, como el hormigón poroso, en la búsqueda por incorporar mejores soluciones y aumentar la competitividad de los pavimentos de hormigón. En este contexto, actualmente el ICH gestiona un proyecto a través de INNOVA CORFO para estudiar la metodología de diseño AASHTO 2002 y buscar una mayor optimización, todo esto con el fin de extender los beneficios de este material a toda la red vial del país. |