¿Cómo evalúa la calidad de la construcción en Chile?
El concepto de calidad ha ido instalándose con mayor claridad en Chile en los últimos diez años, muy asociado a la masificación de la implementación de la Norma ISO 9000. En un principio, los procesos que implementaba el sistema de calidad de la ISO 9001, se aplicaron más bien como una herramienta de marketing, pero con el tiempo, en la medida en que fueron demostrando sus beneficios al interior de las empresas, fue adquiriendo mayor importancia. Por otro lado, hay una serie de empresas que empezaron a implementar sus propios sistemas de gestión, los que también colaboraron con este aumento de la calidad que se ha registrado en el último tiempo.

En este sentido, hoy día tenemos que el producto final está siendo bien reconocido por el cliente y está entregando mayor seguridad al usuario final, donde sin duda aún hay mucho por hacer.

¿Qué consecuencias tiene para una empresa aplicar adecuados sistemas de gestión?
Toda empresa, por pequeña o grande que sea, tiene procesos constructivos que pueden ser buenos o malos. En DECON UC estamos haciendo un piloto con dos empresas para demostrarles cómo varían sus costos entregando una construcción de calidad a partir de procesos adecuados. De esta forma, lo que queremos decir es que un proceso eficiente de construcción que da como resultado una construcción de calidad no sólo es beneficioso para el cliente final, sino que también para la constructora porque sus costos de reparación y postventa van a disminuir.

Es un proceso difícil, porque en la construcción el costo y los plazos son temas muy sensibles, lo que lleva a que las cosas en ocasiones no se hagan tan bien, producto del apuro, pero tenemos buenas expectativas.

¿En qué medida el cliente ha colaborado con esta mejor calidad de las construcciones?
Hoy en día tenemos un cliente más exigente a la hora de adquirir una construcción, y mejor preparado para hacerlo. Han proliferado mucho las asesorías externas, que le permiten al cliente contar con más información para tomar la mejor decisión.

Antes teníamos a personas que se podían conformar con una respuesta muy básica en relación, por ejemplo, con la calidad de la vivienda que habían adquirido. En este sentido, lo que ocurrió con el llamado "Terremoto Hídrico" activó los mecanismos internos de las constructoras y el rol de fiscalización del Estado, además de poner en alerta a los propios clientes respecto de situaciones de este tipo. Se trató de un problema altamente mediatizado, que dio cuenta de algo que hace mucho tiempo estaba ocurriendo en Chile.

¿Cuáles son los factores más importantes que están afectando la calidad de las construcciones?
Dentro de los procesos constructivos existen varias etapas que hay que cumplir, que el cliente final no conoce, pero que son fundamentales para el resultado final. Estas son normativas y procesos que es preciso respetar y que dan cuenta de una gestión adecuada, que deriva en una construcción de alto estándar de calidad. Ahora, podemos decir que son estos procesos los que han mejorado de manera importante en el último tiempo.

Asimismo, toda la etapa de postventa, donde aún tenemos deficiencias importantes, que se relacionan principalmente con que no siempre se está entregando la información adecuada en relación con las características de una construcción. De esta forma, lo que tenemos es que por estrategias de marketing se suele vender una construcción que es muy distinta a lo que finalmente obtiene un cliente. Hoy día tenemos una buena relación entre precio-calidad-costo-tiempo, con la implementación de adecuados sistemas tecnológicos, pero donde aún existen grandes deficiencias es en la postventa. Junto con esto, subsisten ciertas falencias de atención a los requerimientos de postventa del cliente final, que necesita que le reparen cierta falla en un tiempo razonable.

Ahora, los problemas en las construcciones mismas son cada vez menores, porque las constructoras están tomado conciencia de que las reparaciones tienen un costo altísimo -que supera ampliamente el porcentaje para imprevistos que incorporan los presupuestos-, que no le conviene a nadie y que se puede evitar con la aplicación de procesos adecuados.

¿Qué valor le asignan las empresas y los clientes a la eficiencia energética?
Lo que hemos observado, en términos generales, es que ni las empresas -llámense constructoras e inmobiliarias- ni los clientes entienden el valor que tiene contar con una construcción más eficiente en términos energéticos. Sin duda están los proyectos emblemáticos, que han asumido muy bien estos temas, con certificaciones y regulaciones en este sentido, pero la generalidad no está incorporando estos cambios en la arquitectura y en el desarrollo interno de los proyectos.

Lo que tenemos es que nuevamente el marketing está tomando aplicaciones como los paneles solares y los está ofreciendo como un plus a la hora de vender, pero sin tener claro el verdadero impacto de soluciones de este tipo y si realmente funcionan. Sin control estadístico y sin la información necesaria del ahorro que pueden generar en el tiempo.

¿Cómo evalúan la capacitación de la mano de obra en Chile?
Por el lado de la mano de obra, aún subsiste en Chile un porcentaje importante sin capacitación, principalmente porque algunas empresas no están entrenando a su gente con el argumento de que luego se la va a llevar la competencia. Afortunadamente, esto está empezando a cambiar y las empresas están dándose cuenta de que un mejoramiento del sector es bueno para todos, porque si un trabajador capacitado se va, luego puede llegar otro que ha sido capacitado por otra empresa; esto, en la medida en que el estándar general de la industria aumente.

¿Cuál es la realidad de la inspección técnica en obra?
Nuestro interés como DECON UC es que la inspección técnica en Chile apunte a mejorar el estándar de calidad de las construcciones, con medidas que aporten, y que no se restrinja a ser un fiscalizador que sólo le preocupa pasar partes. Aún en las empresas constructoras está la visión de que el inspector es el que pone trabas al proceso y que no ayuda a avanzar. Sin duda que la inspección misma ha colaborado para que esta imagen se mantenga, pero poco a poco empezamos a ver a profesionales con una disposición distinta, que entienden que en el proceso constructivo hay tres actores: la inmobiliaria, la constructora y la inspección, donde el objetivo último es entregar una construcción de calidad, que se ajuste a la planificación y donde todos apliquen sus conocimientos para alcanzarla.