El acero es un elemento básico en la construcción, que históricamente ha estado asociado al hormigón armado, pero que además ofrece múltiples beneficios en su condición de estructura metálica. En este sentido, una de las principales barreras para su masificación ha sido el alto nivel tecnológico que demanda, pero que una vez superado, presenta una serie de ventajas donde, a juicio de Mariano Nicolás, destacan su bajo nivel de polución y menor sección en el caso de la construcción de vigas. Junto con esto, está la posibilidad de armar estructuras completas que pueden llegar listas a la obra, con lo que se acortan sustancialmente los tiempos de construcción.

Develando mitos

Se estima que en Chile apenas el 4% de las construcciones utiliza acero, muy por debajo de lo que ocurre en países como Estados Unidos (70%), Inglaterra (70%) y España (50%); situación que se explicaría por una "cultura del hormigón", que privilegia a este material desde las mallas curriculares de las universidades y que no ha tenido la misma participación para el sector del acero.

"Junto con los temas culturales, se tiende a percibir al acero como un material caro, sin considerar sus beneficios y sin hacer un análisis más profundo de los ahorros que puede generar en el mediano plazo", comenta Nicolás.

En este sentido, el ejecutivo del ICHA pone el acento en la necesidad de realizar análisis comparativos más completos, donde se estudien todas las variables, que en la práctica hacen al acero un material altamente competitivo.

Presente

Cerca del 80% de la demanda de acero en Chile está dada por la minería y la construcción, lo que aumenta a cerca de un 90% si se suman las construcciones aplicadas a la minería. El consumo aparente, por su parte, ha crecido en Chile llegando a dos millones 568 toneladas en 2008 y una de las tasas de consumo per cápita más altas de Latinoamérica, con cerca de 170 kilos por habitante. Se trata de un 55% de barras, eminentemente enfocadas a la construcción; y un 36% de planos destinados a la industria en general; además de un 9% de planchas gruesas.

Del total de este consumo aparente se estima que la suma entre CAP y Gerdau es cercano al 70% del consumo, donde el resto de la demanda la completan las importaciones, y donde el producto principal de estas importaciones son las planchas gruesas que se usan en las maestranzas para fabricar estructuras pesadas.

En el ámbito de la construcción, el acero está presente eminentemente como barras para reforzamiento de hormigón y perfiles livianos.

En el caso de la minería, se utiliza acero de manera insustituible en las bolas para molienda, además de una serie de elementos del área de la construcción en minería, asociada a estanques, torres, tolvas y correas transportadoras, entre otras.

En el ámbito de la infraestructura, el acero tiene importante presencia en la construcción de túneles y puentes, principalmente a través de barras de refuerzo para hormigón.

En el caso de los puentes, se ha extendido en mayor grado el uso de estructuras de acero.

Futuro

A nivel de tendencias, en el ámbito normativo, los países desarrollados presentan mayores regulaciones para la producción y consumo del acero, una política que en menor medida se está intentando asumir en Chile, buscando adaptar dicha normativa a nuestras necesidades.

"Las normas en Chile vivieron una situación de atraso que se extendió por largo tiempo, sin embargo, durante los últimos dos años se ha logrado cierto avance que nos permite mirar con optimismo este ámbito en el mediano plazo. Sin duda aún queda mucho por hacer, pero hay varias normas en estudio que apuntan a mejorar bastante el nivel", explica el ejecutivo del ICHA.

En el tema de nuevas tecnologías, se está viendo una fuerte tendencia hacia el desarrollo de nuevas calidades de acero, con materiales mucho más resistentes a la corrosión y el fuego, sumado a alternativas en términos de dureza, espesor y flexibilidad. En este sentido, un avance importante tiene relación con los aceros autoprotegidos, que no requieren galvanizado y que terminan con el temor de la corrosión.

Con todo, cabe señalar que el mercado chileno del acero se ha visto afectados por la crisis económica, especialmente por su relación con la construcción, uno de los sectores más afectado por la situación económica mundial y la caída de las inversiones. "Esperamos una lenta recuperación del sector hacia fines de año y principios del próximo; pese a esto, este escenario puede transformarse en una gran oportunidad para el sector, que podría verse potenciado en el mediano plazo si toma las decisiones correctas", comenta el profesional.

Al respecto, destaca la necesidad de mejorar la capacitación y especialización en el área, tanto a nivel profesional, como técnico y de mano de obra.

"El acero es un área altamente tecnológica que requiere de especialistas, y este tiempo de crisis puede ser una buena ocasión para que las empresas aprovechen las alternativas que se están abriendo para la capacitación de sus trabajadores, a la espera de la reactivación del sector", concluye Nicolás.

Algunas cifras

El explosivo crecimiento que ha registrado China durante los últimos años, y que se replica en países como India, sumado al creciente grado de industrialización del sureste asiático, serían los factores responsables del aumento en las tasas anuales de consumo aparente de acero en el mundo, las que alcanzaron un 6,2% entre 2000 y 2005; y un 8,3% entre el 2006 y 2007, muy por encima del promedio de 2,4% registrado entre 1970 y 2000.

De esta forma, se estima que durante el 2008 China produjo más de 500 millones de toneladas, más del doble de los 222 millones de toneladas en 2002.

Así lo revela el "Estudio Económico del Mercado del Acero: Mundo, Región y Chile", desarrollado por el ICHA, y que determinó que el consumo aparente en nuestro país ha crecido en un promedio anual de 5,5% durante los últimos 19 años, con dos mil 568 toneladas en 2008, que lo convierte en líder en Latinoamérica en consumo per cápita.