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Rubén Boroschek,
ingeniero estructural, académico Universidad
de Chile y CEO de RBA
“Los sistemas de aislación sísmica resuelven uno de los grandes problemas
de la humanidad”

Un poco más de 50 años pasaron para que la construcción cambiara su estrategia de protección ante los terremotos. Los muros de concreto, que durante décadas resultaron ser la fórmula para prevenir el colapso estructural y preservar la vida de las personas frente a sismos de grandes magnitudes, hoy están siendo reemplazados por sistemas de aislación sísmica y disipación de energía, que además de salvar vidas mantienen intactas las estructuras y sus contenidos. Plataformas de goma y amortiguadores son la solución para que los terremotos no nos muevan con tanta fuerza, ni dañen casas, edificios, puentes, colegios y hospitales. Rubén Boroschek, uno de los más grandes expertos chilenos en ingeniería estructural, confirma que el proceso de reconstrucción después de un terremoto puede evitarse incorporando estas tecnologías.

Viene llegando de Japón, país en el que DynamicIsolationSystems (www.dis-inc.com), compañía representada en Chile por su empresa RBA (www.rbasoc.cl), ha levantando un edificio de 33 pisos con aislación sísmica y arribó a Chile aún más contento. Para este profesor de vibraciones en estructuras del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, doctor de la Universidad de Berkeley, California, un proyecto de esta envergadura significa no sólo un gran logro profesional, sino la confirmación cierta que los sistemas de aislación sísmica son la mejor solución para proteger las construcciones en las zonas del planeta donde los terremotos azotan con fuerza. En segundo lugar -dice- esta edificación también prueba que no sólo pueden ser eficaces en edificios bajos como se creía hasta hace unos años, sino también en edificaciones altas. 

¿Cuál es la realidad sobre el uso de sistemas sísmicos en las estructuras en Chile?
Es una realidad creciente, que está en explosión. A partir de 2010, a raíz del terremoto, empezó un boom en cuanto a la incorporación de sistemas de protección sísmica en nuevos proyectos, por la posibilidad cierta que entregan en cuanto a limitar o eliminar el daño en las estructuras. Son dos sistemas: aislamiento sísmico y disipación de energía. El primero consiste en aislar una estructura, lo que significa insertar dispositivos de goma bajo la estructura, de tal manera que cuando ocurre el movimiento, se mueva el suelo, pero el edificio quede prácticamente detenido. El segundo, en cambio, consta de amortiguadores, que se insertan dentro del edificio y absorben la energía del movimiento sísmico, expulsándola al exterior en forma de calor.

¿Cuál ofrece mayores ventajas?
Creemos que aunque los dos son muy eficientes, el sistema de aislación sísmica presenta mayores ventajas y por el momento menores costos también. Los disipadores de energía no son tan fáciles de instalar aún, y en caso de movimientos telúricos intensos igualmente provocan fisuras; por lo tanto, la mayoría de los nuevos proyectos está incorporando sistemas de aislación sísmica.

Ahora bien, teóricamente estos sistemas también tienen algunos inconvenientes -como la dificultad de instalarlos en edificios ya construidos- aunque gracias a la experiencia de algunos países como Estados Unidos y Japón, esta situación también está desapareciendo. Existe la tecnología para cortar horizontalmente los edificios con una especie de sierra, levantarlos y poner aisladores en las bases. En Chile aún no se ha hecho esto, pero después del terremoto reciente se hizo en algunos puentes, levantando los tableros -que es por donde pasan los vehículos- y cambiando los apoyos elastoméricos, para lograr su completa reparación.

¿Dónde surgieron estos sistemas?
En pueblos chinos e indios, hace cientos de años. Los datos históricos confirman que ellos montaban sus casas sobre dobles losas, con arena o piedras, de manera que cuando temblaba, en vez que la casa se sometiera a la fuerza del sismo, se deslizaba. El inconveniente era que la casa quedaba desplazada y había que devolverla a su lugar. No se logró avanzar en el desarrollo de esta tecnología sino hasta la década de los setenta y ochenta, en Nueva Zelandia, EE UU y Japón. A principios de los años noventa, a través de un proceso de transferencia tecnológica, los académicos de la Universidad de Chile, María Ofelia Moroni y Mauricio Sarrazín, tomaron el desafío de desarrollar el sistema de aislación sísmica en Chile. Al poco tiempo lograron cautivar el interés del Ministerio de la Vivienda, y comenzó la construcción del primer edificio de prueba.

¿Cuáles fueron los resultados?
Muy buenos. Este primer edificio lo hizo la Universidad de Chile a principio de los años 90, en conjunto con Conicyt y el Ministerio de la Vivienda, y ha tenido excelentes resultados en el tiempo, soportando perfectamente el terremoto de febrero de 2010. Este sistema de aislación sísmica se utilizó después en la construcción del puente del viaducto Marga-Marga, que resultó ser un gran acierto, y eso permitió probar su capacidad para este tipo de estructuras en 2 ó 3 puentes más. Posteriormente se desarrolló la construcción del Hospital Militar, que fue todo un hito, porque es una de las estructuras aisladas más grandes que tenemos en Chile, de 100 metros por 120 metros cuadrados, aproximadamente. Luego, con esa misma lógica se construyeron varios edificios de la Universidad Católica -la clínica y la Facultad de Ingeniería, junto a los edificios de la Asociación Chilena de Seguridad, en Valparaíso y Santiago. Todas estas edificaciones resistieron sin inconvenientes el terremoto del 27 F.

Revolución en la construcción
Fue después del terremoto ocurrido en Chile en febrero de 2010 que se comenzó a hablar con más fuerza de los sistemas de aislación sísmica y disipación de energía. En el mundo de la construcción surgió como la mejor solución para proteger la inversión en infraestructura, sobre todo después de ver cómo algunas estructuras complejas y críticas hechas con este sistema pasaron la prueba sin inconvenientes.

Una de ellas fue el puente que une dos edificios de Banco Santander, en calle Bandera, en Santiago, que cuenta con disipadores de energía diseñados por RBA, que resultó intacta. Otras numerosas subestaciones eléctricas,también con disipadoresde energía, resistieron el impacto del sismo sin problemas y pudieron continuar operando.

Isolator. Foto gentileza Dynamic Isolation Systems Inc.

¿Cómo se explica el crecimiento de los sistemas de aislación sísmica tras el terremoto?
Ocurrió que la gente se dio cuenta que la norma existente protege sólo la vida de las personas. La legislación chilena permite la destrucción completa del edificio, la pérdida de la inversión y la pérdida de la función de una construcción, siempre y cuando se preserve la vida de las personas que la utilizan o habitan. Las empresas entendieron que frente a un nuevo terremoto podrían estar nuevamente imposibilitadas de funcionar si un nuevo movimiento dañara su estructura, con las pérdidas económicas que eso significa. Eso hizo surgir la necesidad de buscar un sistema más allá de lo que pide la ley, que diera garantías de protección de inversión y operación, además de proteger la vida.

¿Y estos sistemas lo permiten?
Así es. La aislación sísmica permite que una construcción se mueva mucho menos frente a un sismo. Gracias a eso, las estructuras se mantienen prácticamente intactas, porque el impacto lo recibe el sistema; y las personas perciben mucho menos las vibraciones, se sienten más tranquilas y pueden seguir funcionando con normalidad. Esto ha hecho que, por ejemplo, todos los hospitales construidos después de 2010 cuenten con sistemas de aislación sísmica, y que sea contemplado en los que están en proyecto. En paralelo, obras importantes, como el nuevo puente sobre el Río Claro, en el Sur -que se cayó producto del terremoto- logró ser recuperado con aisladores sísmicos.

¿Se puede hablar de una ‘explosión’ en la incorporación de sistemas de aislación sísmica?
Claramente. La tendencia a instalar estos sistemas es marcada a partir de marzo de 2010. Es increíble porque durante veinte años -desde que se comenzó a probar el sistema en Chile en 1992- como oficina hacíamos un proyecto de este tipo anualmente, mientras de después del terremoto llevamos a cabo cerca de diez grandes proyectos al año.

En este proceso de masificación de la tecnología de aislación sísmica también influye la baja del precio de los sistemas. Hoy representan una inversión considerablemente menor, hay mayor oferta y garantías amplias, que certifican el funcionamiento del sistema en algunos casos por más de 15 años.

¿Ya existe mayor cantidad de construcciones con aislación sísmica?
Sí, hay muchísimas. Por ejemplo, en estos momentos la Universidad Católica del Maule cuenta con dos edificios aislados:uno de clases y otro de laboratorio. Hace poco se esta construyendo en Talca un edificio comercial con diagonales disipadoras, que permiten disipar energía y que gracias a la incorporación de este sistema mejoró su venta y rentabilidad; y, asimismo, estamos instalando este sistema en la construcción del centro de datos más grande del país, sobre 330 aisladores de goma, para garantizar que el flujo de datos no se pierda ni durante ni después de un terremoto de grandes magnitudes.

A nivel residencial, ¿hay experiencias?
Sí. La aislación sísmica está empezando a entrar al mundo de la vivienda. En Valdivia estamos trabajando en dos proyectos inmobiliarios, ya en construcción; y en Copiapó recientemente tuvimos a cargo el cálculo de los aisladores del edificio residencial más alto de Latinoamérica montado sobre aisladores de goma. Igualmente, el Ministerio de la Vivienda está insistiendo en construir viviendas sociales con aislamiento sísmico; una oportunidad país que esperamos se masifique en un futuro cercano.

¿Con estas tecnologías no habrá más daños por un terremoto?
Definitivamente los daños serán mínimos. La aislación sísmica nos aleja del daño a la propiedad pública y privada, y nos acerca a la protección de la inversión y de la operación. La gente quiere usar sus casas y sus lugares de trabajo normalmente luego de que termina un terremoto, y vivir en altura sin el miedo a vibraciones excesivas.

Mayo 2012
.......
Comentarios acerca de este artículo
L Kilhefner Consumidora (16/10/2014)
Ojala el articulo se extendiera bastante mas con links sobre los nombres de las personas que aqui mencionan y los detalles que aqui se dan para asi extenderlo aun mas y asi poder informarnos mejor inclusive en la localizacion de las propiedades de las cuales aqui se hablan.....
Si tengo el nombre de un propietario o bien una direccion, como hacemos para obtener informacion acerca de la construccion? kilhefner@gmail.com
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