Un desafío fundamental que debe asumir el sector de la construcción local, junto con tener una regulación más estricta en materia de eficiencia energética, sería construir viviendas que estén preparadas para utilizar ERNC, ya que al construir casas ineficientes, resulta muy costoso emplear energías renovables. "No deben tener temor de hacerlo, ya que es un beneficio directo para el rubro, desde proveedores hasta el usuario final. Esto genera, además, una disminución significativa en los gastos de climatización, agua caliente y electricidad del inmueble", asegura Escobar.

A su juicio, incorporar este tipo de mecanismos permitirá obtener en el corto plazo una serie de ventajas a nivel nacional tales como ahorro en combustibles, una mayor independencia energética y un precio conocido y estable en el tiempo. "La eficiencia energética y la generación de energías renovables para la elaboración de viviendas y edificios sustentables se va a transformar en un factor de diferenciación tremendo entre las empresas que compiten en este mercado".

En este caso, sostiene, una vivienda residencial no sólo obtiene beneficios en la reducción y estabilización de las cuentas energéticas, sino que además, en el mayor confort que ofrece este inmueble. "También se genera una mayor flexibilidad respecto al uso de energías, aprovechando éstas de diferentes formas dentro del hogar".

Escobar precisa que los incentivos en esta materia deben apuntar no a las empresas constructoras, sino más bien a las inmobiliarias, ya que son éstas las que venden los inmuebles y se preocupan por obtener un factor diferenciador. "Además deben exigir a las constructoras, que lógicamente se preocupan por construir con costos bajos, utilizar materiales con altos estándares de eficiencia y que incluyan ERNC, ya que éstos son elementos que el consumidor valora cada día más".

El ejecutivo afirma que si bien el rubro de la construcción no tiene un consumo tan intensivo en materia energética, como la minería, y en Chile aún no se exige certificación en materia de huella de carbono (la provisión de materia prima como acero o cemento se manufactura a nivel local), es importante ir incorporando ya aspectos como eficiencia y sustentabilidad en este sector, a fin de apuntar a lograr implementar a futuro el concepto de "carbono neutral".

"Y en ese sentido resulta primordial partir primero por aspectos básicos, como desarrollar una normativa muy exigente en aislación térmica, lo cual generaría un ahorro país importante a los sistemas eléctricos y mejoraría sustancialmente el nivel de confort de las personas dentro del hogar, el trabajo o la industria ", clarifica Escobar.

Enfocarse en la demanda

A juicio de Escobar, si bien la posibilidad de aplicar incentivos tributarios para la utilización de ERNC puede resultar una alternativa interesante (como la compra de equipos más eficientes o la reducción del pago de contribuciones a viviendas que cumplan ciertos niveles de eficiencia), el asunto no pasa puntualmente por ahí. "Los incentivos no son eficaces en momentos de depresiones económicas, porque no se pagan los impuestos. Ahí está el caso concreto de lo que ocurre hoy en EE.UU.", explica.

El profesional asegura, por tanto, que es partidario de incentivos del tipo más directo, que apunten a la demanda, y que por ende le permitan al consumidor decidir directamente a través de mecanismos de mercado claros. "La eficiencia energética y las ERNC tienen un valor agregado que es fácilmente perceptible: hay un beneficio directo, porque simplemente se ahorra", asegura. "Al incorporar elementos energéticos sustentables a la construcción, se observan de manera inmediata las ventajas: en invierno se podrá calefaccionar la casa con la mitad de la energía que antes, mientras que en verano la casa estará siempre fresca".

Escobar ejemplifica que implementar en Chile una matriz energética con 20% de ERNC, significaría un incremento de menos de $10.000 por año en una cuenta promedio de electricidad "Los supuestos que indican que las energías limpias implican un alto costo para los consumidores son falsos. Esto ya no es un lujo o un capricho, es una necesidad urgente de nuestro país".

En estos últimos diez años, afirma el profesional, la tecnología ha evolucionado de tal forma, que el paradigma del alto costo de las ERNC constituye hoy un mito. "El peor enemigo que enfrenta las ERNC es la falta de información, porque durante muchos años hemos escuchado a empresas y consultores referirse a este tipo de energía como un verdadero lujo y que es más costosa", señala. "Las energías renovables son las más utilizadas en el mundo y cada año se instalan más que las nucleares, por ejemplo".

Desventaja competitiva

Según el Vicepresidente Ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables, el país posee hoy uno de los valores más altos de kW/h en la cuenta de luz en América Latina, y sigue subiendo. "Ciertamente, las ERNC no son las responsables de eso. Seguimos importando combustibles del otro lado del mundo, que cada día son más escasos, ésa es la realidad", enfatiza. "Con esos precios que se pagan ahora, se podrían incorporar miles de megawatts de energía limpia, que no sólo son más económicas, sino que además tienen un precio estable en el tiempo.

¿Y el rol del Estado? "Como Asociación creemos que, como ha ocurrido históricamente con cualquier tipo de tecnología nueva, es indispensable que intervenga el Gobierno. Si sigue sólo observando y dejando que el mercado resuelva de manera autónoma esta situación, no vamos a llegar a nada", afirma Escobar. "Nos encontramos en una lucha bastante desigual, ya que enfrentamos a empresas que llevan años controlando el sistema eléctrico", agrega.

"Lo que está ocurriendo hoy con todos los proyectos de generación de energía eléctrica, como Barrancones o Hidroaysén, implica que el tema de la elaboración de una matriz energética dejó de ser un asunto que simplemente está en manos de empresas privadas", recuerda el ejecutivo. "La gente se está manifestando pública y abiertamente, lo que demuestra que esto debe ser una decisión país".

El gran problema, señala, es que el marco regulatorio no acompaña este cambio de mentalidad y, finalmente, se termina por politizar temas que deberían ser de carácter técnico. "El marco legal está obsoleto, hay que repensar este asunto".

Advierte que si continuamos en la actual senda de utilización de energías altamente contaminantes, Chile va a perder competitividad y los productos nacionales van a quedar fuera del mercado internacional.