Tal como ha señalado Alfredo Serpell, profesor del Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Chile y que lideró la creación de este Sello, se trata de "un instrumento destinado a obtener una certificación de calidad para cualquier tipo de inmueble, de acuerdo a un conjunto de requerimientos establecidos para el diseño y la construcción, incluyendo aspectos de habitabilidad. Lo anterior permite a los usuarios acceder a una vivienda construida de acuerdo a buenas prácticas, basadas en requisitos nacionales e internacionales, así como en la legislación vigente. Además, reduce el riesgo de fallas o siniestros".
Concretamente, este Sello revisa:
El Sistema de Aseguramiento de Calidad de empresa constructora y de la obra.
El cumplimiento de los requisitos establecidos por el Sello de Calidad para el diseño de la obra y de los proyectos específicos de las especialidades respectivas.
Las partidas de obra gruesa y terminaciones durante la construcción de la obra, mediante un muestreo aleatorio.
El cumplimiento del "Manual para el Propietario de Uso y Mantención de la Vivienda".
A tener en cuenta
Comparativamente con otros países sísmicos, pareciera que en términos generales a nivel estructural en Chile existe un buen nivel de construcción, como se pudo apreciar después del terremoto del 27 de febrero pasado. Sin embargo, este mismo movimiento telúrico dejó en evidencia edificios con daños estructurales severos y muchas deficiencias en el área de terminaciones asociadas a revestimientos, elementos como puertas, ventanas y tabiques, instalaciones sanitarias y sistemas de agua potable y electricidad, entre otras, en lo que claramente es necesario mejorar. De hecho, lo que el sismo dejó en evidencia ha llevado a replantear las normas de construcción. Es por ello que un Sello de Calidad como el mencionado permite hacer frente a esta realidad, asegurando el cumplimiento de determinados estándares, lo que se traduce en variados beneficios, tanto para el usuario, quien al acceder a una vivienda certificada enfrentará menores costos por fallas o siniestros en la nueva vivienda, como para la industria de la construcción y los entes reguladores, tales como el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y las municipalidades.
Específicamente, esta certificación contempla el cumplimiento de estándares de calidad por sobre lo usado, en promedio, por el sector, por lo que su aplicación produce una mejora en la calidad de las viviendas del país. Asimismo, disminuyen los costos de postventa, ya que se reducen las fallas o reclamos posteriores a la adquisición de la casa o departamento.
Por otra parte, la supervisión de DICTUC durante todo el proceso constructivo permite la capacitación in situ del personal que trabaja en la construcción, como también de proveedores externos. Adicionalmente, se pone a disposición de las empresas constructoras e inmobiliarias y los organismos públicos un método de autocontrol de calidad de sus proyectos.
Es importante mencionar que un instrumento como éste es un elemento diferenciador en el mercado, entregando valor agregado a la vivienda y mayor seguridad a los compradores.