¿Cómo ha sido lo que va corrido del año para Gerdau AZA?
A pesar de la contingencia que ha significado el terremoto, la detención de algunas de las operaciones productivas que tuvimos entre marzo y abril, logramos sobrellevar en forma aceptable la actividad.

No cabe duda de que hemos tenido suerte, porque ningún colaborador resultó dañado mayormente en su integridad, ni sus familias y los daños materiales que tuvimos en nuestras plantas, ya los superamos y trabajamos normalmente. En ese balance, nos ha ido muy bien, comparado con otras empresas productivas de la zona centro-sur, cuyos daños todavía las mantienen fuera de actividad.

¿En qué consiste su propuesta para la construcción, minería e industria en general?
Efectivamente, nuestras actividades en Chile se orientan principalmente a atender los mercados de la construcción, la minería, el sector agrícola y la industria metalmecánica, con productos de aceros. En ese sentido, ha sido clave no dejar de atenderlos, pese al terremoto, dando seguridad de abastecimiento para que los impactos en los proyectos de estos clientes, se vean en lo mínimo afectados. No ha sido sencillo, pero nuestros clientes han entendido que estamos respondiendo con celeridad y entregando permanentemente información del avance y cumplimiento de los contratos.

¿Cuáles son sus actuales fortalezas como empresa?
El terremoto nos ha demostrado, una vez más, que la calidad de nuestro equipo de profesionales y técnicos, es sin duda una de las mayores fortalezas. El compromiso que hemos observado de todos los colaboradores, es esa demostración.

¿Cómo están haciendo frente a la demanda de acero post terremoto?
Estamos trabajando a niveles apropiados en nuestras plantas de Renca y Colina, para enfrentar la demanda de productos. Consideremos que las otras ofertas de productos de acero para la construcción se han visto seriamente afectadas por el sismo y nos viene una consiguiente mayor demanda que hay que enfrentar ordenadamente. Por eso decidimos, luego del terremoto, fijar los niveles de precio de las barras de refuerzo para hormigón, a los mismos valores del día previo al sismo. Entendimos que podrían producirse especulaciones en los niveles de precios de estos productos, vitales para reconstruir el país, y que pasada la emergencia hasta fines del mes de junio, se revisarían los precios de acuerdo a lo que indicase el mercado.

¿Cómo proyectan la demanda en el segundo semestre y fin de 2010?
En el segundo semestre debería tender a normalizarse la actividad de la construcción en general.

La infraestructura dañada deberá estar reparándose, porque es imposible poder avanzar como país sin contar con ella operativa, y los proyectos de vivienda deberían ir retomando su ritmo, porque ha quedado en evidencia que necesitaremos más casas y edificios que respondan a la demanda que venía creciendo post crisis 2008.

Lo que puede preocuparnos es que muchos proyectos puedan atrasarse debido a nuevas exigencias de las autoridades, ya sea ambientales o específicas de las comunas.

Ahora bien, es probable que éste sea un buen año para el consumo de acero, pese a que prácticamente tuvimos un mes semi paralizados en la construcción. Pero, post terremoto viene el ímpetu de la demanda y es esperable que la actividad se recupere plenamente hacia fines de año. Por tanto, creemos que es muy posible terminar en torno a las dos millones de toneladas de consumo de acero.