Toda ciudad debe contar con sistemas de drenaje que gestionen adecuadamente las aguas urbanas, como las fluviales, a fin de evitar desastres. Las soluciones de drenaje también son necesarias obras viales interurbanas.

Como ha señalado la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) en sus documentos públicos, en las décadas de los años 1980 y 1990, progresivamente, en nuestro país muchas ciudades experimentaron una fuerte expansión sin desarrollarse en ellas las inversiones requeridas en el área de aguas lluvias, sufriendo frecuentes inundaciones. La solución se abordó en el año 1997 con la aprobación de la Ley Nº 19.525, “Sobre Regulación de los Sistemas de Evacuación y Drenaje de Aguas Lluvias”. A raíz de este cuerpo legal se crea la Dirección de Obras Hidráulicas, ex - Dirección de Riego del MOP, a la cual se le entregan atribuciones en Aguas Lluvias y, posteriormente, también se le otorgan facultades sobre los Cauces Naturales y el Agua Potable Rural. En particular, la Ley Nº 19.525 señala que “la planificación, estudio, construcción, reparación, mantención y mejoramiento de la red primaria de sistemas de evacuación y drenaje de aguas lluvias le corresponderá al Ministerio de Obras Públicas”. Por exclusión, esta ley entrega al Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la tuición sobre las redes secundarias de las ciudades.

Carlos Aguirre, Director de la Escuela de Construcción Civil de Universidad de Las Américas, señala que los sistemas de drenaje en zonas urbanizadas y carreteras son primordiales para el correcto funcionamiento de la obra construida, como una carretera o urbanización.

En el caso de la primera, que es una interrupción de la topografía natural, un adecuado drenaje logran evacuar el agua y los materiales de rodado que son arrastrados en ellas, provenientes de quebradas y ríos. Agrega que, respecto a las obras de edificación, esto es más clave aun, ya que tanto las pendientes o diferencias de altura en la ciudad, como los drenajes superficiales y profundos, logran evacuar las aguas lluvias, conduciéndolas fuera de la urbanización, evitando que causen algún daño a las edificaciones.

El docente de la Universidad de las Américas sostiene que “en las urbanizaciones, los proyectos de aguas lluvias, que incluyen los drenajes superficiales, pendientes y zonas de infiltración o descargas, son obligatorios por la ordenanza, separados de las aguas servidas y en coherencia con el trazo geométrico de la vialidad urbana”. Además, explica que en el caso de los caminos, normados por el manual de carreteras, “estos deben ser coherentes con el trazado geomé- trico de él y, asimismo, contar con las obras de arte, o drenajes transversales al eje del camino para evacuar los posibles cursos de agua intervenidos”.

En cuanto a la oferta de productos y servicios existente en este ámbito en el mercado nacional, comenta que se observa una amplia gama de componentes para los proyectos, todas ellas coherentes con la normativa de los ministerios de Obras Públicas, Vivienda y los establecidos en la Superintendencia de Servicios Sanitarios, complementarios a los ordinarios de esta repartición. En el mercado existe una variada gama de canaletas y rejillas para el drenaje de aguas. Es importante saber cómo elegir, considerando su capacidad de drenaje y resistencia mecánica, entre otros, parámetros.

Si bien el mercado de la construcción es una industria muy fluctuante y depende mucho del desarrollo país, el segmento de las soluciones de drenaje en Chile ha ido creciendo paulatinamente y de manera consistente, señala Fernando Gana, Jefe del Departamento Técnico de Insytec S.A.

“Desde noviembre del año pasado hubo un repunte importante, probablemente impulsado por el cambio de gobierno. En Obras Públicas, la construcción de hospitales o centros de salud familiares, por ejemplo, constituyen proyectos de gran envergadura que han vuelto a surgir en el último tiempo”, puntualiza el ejecutivo. Agrega que, a nivel de edificios, se están construyendo muchos quinchos, los cuales están utilizando canaletas, que estéticamente se ven muy bien”.

Respecto al mercado de los proveedores, Gana sostiene que hace años los protagonistas son los mismos, en un segmento que es bastante acotado.

“Lo que ha ocurrido es que han ido saliendo productos nuevos, incorporando soluciones de mayor calidad, variedad e innovación en materia de edificios, industrias o casas”, afirma. En cuanto a desafíos, el profesional señala que tanto a nivel personal como de la industria el reto debe apuntar a incorporar nuevos productos y profesionales que sean capaces de abordar las especificaciones técnicas requeridas para la venta de este tipo de sistemas. “Este segmento es muy especial porque hay que estar compitiendo contra productos no especificados; siempre existen alternativas, por lo cual se debe luchar por tener una mayor calidad, incorporar constantemente nuevas soluciones y una mejor calidad de atención”, detalla.

Una de las claves es conocer bien al cliente y saber qué es lo que requiere. “El problema radica en que, muchas veces, los mercados se cierran porque las empresas, especialmente los proveedores, simplemente no quieren crecer y temen incorporar nuevas alternativas; el otro aspecto que influye bastante es la centralización del país, ya que casi todo el crecimiento se produce en la Región Metropolitana, pero cuando uno va a regiones observa que disminuyen los proyectos de inversión”, concluye.