Los atributos de los prefabricados de hormigón, desde la propia materialidad y metodología constructiva hasta el menor impacto al medio ambiente por la reducción de residuos de construcción, permiten incorporar más información y variables para realizar una adecuada evaluación del proyecto. De esta forma, se dispone de más antecedentes basados en la parametrización de las siguientes ventajas:

• Mayor velocidad de construcción

• Mayor control de los procesos

• Menores costos de la mano de obra

• Aumento de productividad

• Menores costos de insumos

• Menores costos de financiamiento

• Menor probabilidad de accidentes

• Menor impacto ambiental de la construcción

• Racionalización de los procesos constructivos

• Reducción de costos por mínima necesidad de reparaciones

• Reducción de costos por mínimo sobreconsumo de material

• Menor estacionalidad en la construcción (fabricación en planta)

En cada proyecto con método de construcción con prefabricados de hormigón se contemplan dos etapas de planeación: la primera referida a la preparación de un anteproyecto que considera el diseño (arquitectura, altura, áreas libre, terminaciones); modulación de la estructura con piezas prefabricadas (dimensiones, forma y peso de los muros -paneles-, losas, vigas, pilares y fundaciones); singularidades (rasgos de ventanas, puertas); métodos de ensamble (uniones, conexiones e insertos) y detalle de instalaciones en piezas prefabricadas (proyectos eléctricos, corrientes débiles, sanitaria, seguridad, calefacción, gas, etc.). A continuación se incorporan las variables y parámetros de la etapa de producción, logística de transporte y consideraciones del montaje. Todo lo anterior en un proceso de análisis de varios escenarios y buscando sintonizar con la estrategia de construcción que tiene contemplada la constructora.

De esta forma se desarrolla un proceso de optimización del diseño incluyendo variables operativas para obtener un proyecto definitivo que cumplirá con las expectativas iniciales de arquitectura, plazos de construcción y rentabilidad.

Cumplido lo anterior, se procede a la producción de piezas prefabricadas según planificación y programa general de construcción, que incluye, describe y asigna la responsabilidad de todas las actividades, tanto en obra como en la planta de prefabricados.

Óscar Cañizares, Director en Chile de Empresas Pretam y Maspir, comenta que llevan seis años en el mercado nacional y que, gracias a la experiencia de su equipo profesional de más de 20 años a nivel internacional y, en especial, a una mirada industrializada de la construcción, han logrado un posicionamiento como líderes en las zonas norte y central de Chile, lo que permite atender la demanda por soluciones prefabricadas de hormigón con mayor agilidad y mejor servicio y, al mismo tiempo, presentar una oferta nueva para los arquitectos, inmobiliarias y constructoras.

La planta está ubicada en la ciudad de La Serena y posee capacidad para producir piezas prefabricadas de hormigón armado y pretensado para todo tipo de proyectos en minería, infraestructura vial, naves industriales y edificación y proyectos especiales a medida.

Rodrigo Muñoz, Jefe de Oficina Técnica Empresa Pretam, señala que junto a empresa Precasa llevan más de 200 viviendas construidas y montadas en la zona, contemplando en su oferta soluciones con medida y forma estándar, especial y también con terminación arquitectó- nica. Los proyectos pueden considerar prefabricar el 100% de la obra gruesa, desde las fundaciones o la opción de solo muros y losas, tanto para viviendas de uno y dos pisos. La tipología de muros disponible es amplia, con muros macizos, doble muro y muros con aislación (poliestireno expandido), además de losas armadas y pretensadas.

Las conexiones entre radier-fundación, muro-fundación, muro-muro, murolosa, pueden ser del tipo soldada, apernada, húmeda con hormigón en sitio, mixta, u otra, siempre con amplia flexibilidad hacia los clientes y buscando retroalimentar para optimizar el dise- ño y proceso de construcción de cada vivienda, ya que la mayoría de los proyectos en la actualidad comienzan con una modulación de prefabricados sobre un proyecto nacido con el método tradicional de hormigón en sitio o albañilería.

La secuencia de producción comienza con la preparación del molde, dimensiones, rasgos, instalaciones, luego el hormigonado de la pieza, finalizando con el desmolde y acopio, contemplándose trazabilidad a lo largo de todo el proceso y para cada una de las piezas.

La metodología constructiva más utilizada en la actualidad comienza montando y apuntalando los muros en la base de la fundación seguida de una segunda etapa de hormigón para conectar el muro con la fundación y lograr monolitismo (muro tipo cáliz continuo). La conexión entre muros se realiza por medio del machihembrado de las piezas, cuya unión es armada con lazos (cables) a diferente altura, los cuales ya vienen embebidos en el hormigón del muro, más una barra que las conecta in situ, todo esto en una unión húmeda con mortero de alta resistencia.

Para el caso de viviendas de dos pisos se considera la instalación de pre-losa prefabricada de hormigón sobre el muro que cumple dos funciones, hombro para apoyo de la prelosa y lateralmente como moldaje para el hormigón de sobrelosa que se realiza in situ.

Todo lo anterior tiene como resultado un trabajo fácil, de rápida ejecución y limpio, logrando montar una casa de 60 m2 en una sola jornada.

Las ventajas de uso de los prefabricados de hormigón señalada por Manuel Álvarez, Gerente Regional de Constructora Cadel Ltda., con interesantes proyectos en zona norte y de las primeras empresas a nivel nacional en dar pasos para industrializar procesos de construcción de viviendas, son el aprovechar adecuadamente los atributos, como reducción de plazo de construcción, alta velocidad de montaje y la mejor calidad en la terminación, que permiten entregar a los clientes finales mayor certidumbre en plazos de entrega junto con una excelente calidad y mayor durabilidad. Agrega que el proceso de planificación requiere un análisis global, ya que montar tres a cuatro casas de 52 m2 por semana promueve y obliga que las restantes especialidades tengan que alinearse tanto en las etapas previas, paralelas y de terminaciones. Esto significa preparar una organización para adaptarse a procesos industrializados de construcción a los cuales no están todos acostumbrados, que necesitan mayor análisis y, especialmente, convencimiento a nivel cultural, para que el proceso de cambio efectivamente genere mayor rentabilidad.

Gracias a varias iniciativas lideradas por Construye2025, CORFO, Gobierno de Chile, MINVU, Centros de Innovación y de instituciones como el ICH, especializadas en la capacitación de temas relacionados con hormigón, se espera aumentar el nivel de productividad e implementar mejoras en los procesos de construcción por una mirada más participativa de todos los actores y avanzar en paliar el déficit de viviendas que al año 2018 alcanzaba las 393.613 viviendas.

Se realizó un estudio comparando la construcción de viviendas con método tradicional y método con prefabricados de hormigón. Los resultados presentados en Construye2025 muestran un ahorro de costos por menor tiempo de construcción en un rango entre 5% y 10%, reducción en el porcentaje de accidentes de 4,7% a 3,5%, por la menor cantidad de personas trabajando en obra, ahorros de plazo, por menor tiempo de construcción en un rango entre 50% a 75%, ahorros en calidad del 1%, por mejoras en controles de los procesos y mayor trazabilidad, y un aumento de la sustentabilidad del 10% gracias a la optimización de recursos, minimización de residuos y reducción de impacto en el entorno.

Por lo tanto, desmitificar algunas desventajas que son señaladas aún en la literatura, por ejemplo, respecto a la poca flexibilidad en el diseño, en la actualidad no es efectiva, ya que, como todo proyecto, es posible revisar permitiendo adecuaciones, adaptaciones o modificaciones, tanto en fase temprana como durante el desarrollo del proyecto. Incluso hoy se realizan pruebas a escala real (mock-up) que permiten identificar singularidades y mejoras que requiere el proyecto a nivel arquitectónico, funcional y constructivo. También se señala como desventaja la necesidad de alta inversión en I&D como freno para la introducción, aspecto que también está en proceso de retirada, ya que la decisión de empresas de desarrollar un plan de negocios para evaluar la conveniencia de introducir nuevas variables se están desarrollando con programas de industrialización y productividad, que permiten identificar los recursos y actividades clave de los procesos constructivos industrializados y aumentar el aprendizaje de todos los actores de la empresa para lograr adaptarse a los cambios que diariamente está imponiendo el mercado de la construcción, cada vez más financiero. Si bien es cierto es una metodología incipiente por la baja cantidad de empresas que implementan procesos como el señalado, los consultados indican que es la manera adecuada para que los cambios se realicen y sean sustentables.

Finalmente, el uso del documento “Estándares de construcción sustentable para vivienda en Chile” del MINVU, permitirá complementar la evaluación integral de la conveniencia del uso de prefabricados de hormigón y aporta con información para parametrizar las variables que impactan en cada estudio.