Luis Vidal.

¿Qué opina respecto de la arquitectura sustentable?
Sustentabilidad es una palabra que está demasiado utilizada y muchas veces mal empleada. Prefiero hablar de arquitectura y construcción responsable desde el punto de vista económico, social y medioambiental. En lo económico, me refiero a que todos los proyectos tienen que ser económicamente viables por sí mismos en el largo plazo. En lo social, a que la arquitectura debe ser un facilitador social para que las infraestructuras, las redes, la conectividad, el intercambio, la coexistencia, realmente faciliten una mayor permeabilidad y proximidad para todas las personas. Finalmente, en lo medioambiental, considero que los proyectos tienen que ser responsables con su entorno y encontrar el modo de dar más con menos recursos, de la manera más eficiente posible.

¿Cómo enfrentar proyectos compatibles con el urbanismo y la conectividad?
La mayoría de las ciudades del mundo -incluyendo Santiago- deben ser conscientes de que en el futuro tendrán que responder con agilidad y valentía a lo que yo llamo “las cuatro Ces”, correspondientes a los conceptos de competir, convivir, compartir y conectividad.

Las ciudades deben aprender a competir, porque la competencia sana extrae lo mejor de cada uno. Por otra parte, el planeta cada vez tiene más habitantes (hacia 2050 se proyectan 10 mil millones de personas) y la población estará aún más concentrada en las ciudades, de modo que tendremos que aprender a convivir muchos más en menos espacio.

AMB: El aeropuerto internacional Comodoro Arturo Merino Benítez dotará al país de una infraestructura que lo pondrá a la vanguardia en toda la Región.

También, debemos ser capaces de compartir inteligencia, entendiendo por tal, información, seguridad y educación; y aprender a compartir cultura, y recursos hídricos, energéticos y humanos, entre otros.

Poniendo en una idea lo expresado anteriormente: estamos en un mundo global, basado en la necesidad de estar conectados. Por ello, el futuro del planeta lo veo más relacionado con redes o grupos de ciudades, que de naciones.

¿Cuál es su visión de la arquitectura aeroportuaria?
Desde un punto de vista general, creo que los aeropuertos se han convertido en las catedrales del siglo 21; son las obras de mayor relevancia e impacto que existen en las ciudades por su tamaño, volumen económico y por lo que representan: son la primera y última imagen que una persona se lleva de una nación.

El caso del aeropuerto de Santiago es especialmente relevante porque, a diferencia de muchos donde hasta el 50% de su tráfico está en tránsito y nunca va a ver la ciudad, solo el aeropuerto, siendo la única imagen que se pueden hacer del país.

¿Cómo ha sido la ampliación y renovación del nuevo AMB?
Desde el punto de vista de Santiago de Chile y el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez (AMB), creo que el esfuerzo que se ha realizado es importante; el nuevo AMB va a dar una nueva imagen al país y lo va a dotar de una infraestructura que lo pondrá a la vanguardia de toda la Región. Este aeropuerto va a ser el más pionero, el más avanzado y relevante de toda Sudamérica. Por ejemplo, destaca la orientación intuitiva, que permitirá a los pasajeros "navegar" por el edificio sin necesidad de estar buscando continuamente referencias y letreros que los orienten. Asimismo, resalta el adecuado uso de la luz natural, que no solo proporciona un espacio mucho más agradable, sino que también le permite al pasajero sincronizarse con el exterior, lo que es muy importante desde el punto de vista psicológico. Saber si afuera hay sol, llueve, si es de día o de noche.

Centro Comunitario de Salud Matta Sur: En este proyecto, LVA consigue aunar algunos de sus ámbitos de especialización; por un lado, la rehabilitación y conservación del patrimonio, y por otro, el diseño de hospitales del futuro, proponiendo modelos que destacan por su innovación y funcionalidad.

¿Qué opina de la arquitectura hospitalaria en Chile?
Chile ha sido una nación vanguardista no solo en actualizar y construir nueva arquitectura sanitaria y poner al servicio de la sociedad las mejores infraestructuras, sino que también muy valiente a la hora de buscar todo tipo de fórmulas para que esa infraestructura sea posible, a través de una inversión directa del Estado o de un concesionario, que participa de manera activa como un verdadero socio en una alianza público-privada.

¿Cómo evalúa estos cinco años con presencia directa en nuestro país?
Ha sido una experiencia maravillosa y, en ella, debo destacar la calidad y profesionalismo del arquitecto chileno, de cuya capacidad y formación de primer orden nos hemos beneficiado en varias partes del mundo.