Paulina Villalobos, fundadora del Estudio DIAV. Foto de M. Méndez.
Lo que ha ido haciendo el LED es abaratar los costos, de manera de hacerse más competitivo en comparación a otras tecnologías como las descargas (fluorescente, haluros metálicos y sodios) y, en ese sentido, es mucho más ventajoso.
Calidad diversa
El mercado de iluminación en Chile es diverso en calidades, existiendo LEDs de muy buen nivel y otros muy malos, que no tienen ningún tipo de control.
Paulina Villalobos afirma que, tanto en Chile como en el resto del mundo, no existe una normativa que regule aspectos fundamentales. Al respecto, explica que “es importante saber cuántos lú- menes emite el LED, conocer la calidad de la luz, con qué fidelidad emite los colores, el índice de producción cromática, su duración y el tono de la luz blanca, entre otros elementos”.
Proyecto Oficinas Alaluf.
Foto: Consuelo Mujica.
No obstante lo anterior, sostiene que en el país existen especificadores de productos que son muy profesionales y que tienen un adecuado conocimiento en este ámbito. Añade que el problema surge en ocasiones a nivel de las autoridades públicas que toman decisiones en materia de iluminación, como las municipalidades, donde no hay alguien que sepa dónde comprar y bajo qué criterios. Algo similar ocurre en el área doméstica, donde no todos saben reconocer las características que debe tener un buen LED.
La experta en lighting design plantea que la iluminación es “la tecnología que hace posible emitir luz. Lo que se hace con esa tecnología es una decisión de diseño; dependerá del proyecto de iluminación si se ilumina bien o mal”.
Amplias posibilidades
La arquitecta, quien trabaja en iluminación hace 12 años, explica que “en nuestra oficina solo especificamos LED, con excepción de la luz incandescente que, pese al ‘bullying’ que se le ha hecho, es la única que emite el 100% de los colores que el ser humano es capaz de ver”.
Enfatiza que “el LED en sí es del porte de un grano de azúcar; esta dimensión permite que sea muy versátil al momento de su uso: es posible, por ejemplo, distribuirlo en una línea de 4 mm de ancho por 5 m de largo y solucionar un problema en un detalle constructivo muy pequeño; o puedo tener algo con un espesor de 2 cm, y todo ello con 50.000 horas o más de duración”.
Proyecto Renato Poblete.
Foto: María Cirano.
Respecto de cómo abordar un diseño lumínico, el ideal es hacerse cargo desde una fase temprana. Como señala la especialista, “en diseños lumínicos de oficinas o retail, entre otros, conviene trabajar desde la fase de anteproyecto porque Chile es un mercado pequeño, de modo que los productos más especiales en ocasiones no están en stock y hay que traerlos desde fuera, lo que implica un tiempo de planificación importante en el desarrollo de la obra. Además así se pueden dar soluciones en relación a los detalles constructivos”.
La gracia del LED, agrega la experta, es que ahora existe una gran cantidad de productos en Chile.
“Es súper interesante poder planificar porque con todas las posibilidades que ofrece el LED, permite generar una variación de diseño o incorporación elementos que pueden ser muy interesantes. No es adecuado diseñar con los mismos criterios del siglo 20 porque significa farrearse esa posibilidad. Antes había pocos tipos de soluciones: empotrado y embutido. Ahora es posible tener líneas curvas y rectas, por ejemplo”.
Oficina con iluminación LED.
Foto: Francisca Polanco.
Un producto de la era digital
Paulina Villalobos destaca que el LED es un chip que nació en los ’90 y que se desarrolló en el mundo de la arquitectura en los 2000, por lo que es un producto que nació en la era digital. “Todos los LEDs son posibles de dimear y programar, lo que es un potencial que de alguna manera se está desaprovechando porque se siguen usando como si fueran una ampolleta, en circunstancias de que se les puede incorporar datos, sensores, inteligencia artificial, etc.”, comenta la fundadora de DIAV.
Por ejemplo, en 2009 su Estudio efectuó un proyecto de oficina donde las luminarias cambian de temperatura de color en el transcurso del día, simulando la luz natural, ya que esta última afecta el ciclo cicardiano de las personas; este ahora es un concepto muy utilizado en todo el mundo. De esta manera, no solo existe una preocupación por el confort de las personas, sino también por su salud.
Aportando a la estética de ambientes interiores y exteriores
Proyecto Renato Poblete.
Foto: María Cirano.
El diseño permite generar propuestas futuristas o tradicionales, dependiendo del ambiente que se quiera desarrollar. Paulina Villalobos explica que en aquellos lugares donde se desea que la gente esté relajada, debe usarse luz cálida. En cambio, si se busca que la gente esté activa o acelerada, es conveniente usar luz fría.
La arquitecta agrega que en un diseño lumínico la luz no tiene que encandilar; se debe velar por el correcto uso de los niveles de iluminación -luminancias e iluminancias-; evitar las multisombras, que son muy desagradables a la vista; y no generar demasiado contraste, a no ser que la intención sea esa.
Más allá del LED, en relación a las luminarias propiamente tal, la oferta existente en el mercado para ambientes interiores y exteriores es muy amplia, lo que permite adaptarse a distintos estilos, según las necesidades de diseño interior de cada espacio.
