Trinidad Allende.

¿Cómo fue esta nueva versión de Casa FOA en Chile?
Estamos muy contentos, ya que tuvo una muy buena acogida. Montecarmelo era una casa que todo el mundo conocía, pero a la que no tenía la posibilidad de acceder; a través de esta muestra abrimos el lugar de par en par para que la gente pudiera conocer esta joya arquitectónica construida en 1887 y, al mismo tiempo, actualizarse respecto de lo que está ocurriendo en el país y el mundo en cuanto a arquitectura, diseño, decoración, instalaciones artísticas y paisajismo.

¿Qué innovaciones presentó esta muestra?
Este año lo más innovador que tuvimos es que la mitad de los espacios de la casa estuvieron conformados por casas modulares, en su mayoría de 15 m², donde los decoradores pudieron diseñar en pequeños ambientes todo tipo de temáticas, tales como una pieza, sala de estar, baño, gimnasio, cafetería lounge y un bar, entre otras.

¿Hubo una buena respuesta del público?
Tuvimos una muy buena acogida; para nosotros fue una apuesta estar acá y estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos, tanto por las exposiciones efectuadas como por la convocatoria lograda a lo largo de las cuatro semanas que duró el evento.

¿Cuál es el principal aporte que pretende hacer Casa FOA? Antes de Casa FOA había en Santiago diversas ferias de arte y para peque- ños empresarios, pero no había un lugar donde se reunieran decoradores e interioristas para que pudieran exponer su trabajo. Esta muestra es una vitrina que permite potenciar los talentos de estas disciplinas y otras, como la arquitectura.