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Juan Carlos de la Llera, Decano Escuela de Ingeniería PUC:
“La ingeniería estructural debe incorporar
criterios de continuidad operativa y resiliencia”

En la siguiente entrevista, el académico se refiere al estado del arte que existe hoy en términos de normativas que rigen la ingeniería estructural, junto con los desafíos que enfrentará los próximos años la especialidad, como incorporar conceptos como continuidad operativa y resiliencia de las estructuras.
Juan Carlos de la Llera.

¿En qué estado del arte se encuentra la ingeniería estructural en Chile?
A raíz del terremoto de 2010, la disciplina evolucionó bastante en estos últimos cinco a seis años. Hoy estamos con normas nuevas para lo que son las estructuras convencionales, que por lo demás han mejorado aquellas deficiencias que se detectaron en 2010, y se corrigieron con la revisión de las normas de Diseño Sísmico y Hormigón Armado. Claramente, las normas hoy son mejores de lo que eran y están más asimiladas por la industria. Respecto de estructuras con protección sísmica, evidentemente ha habido progresos en reconocer estos sistemas, pero aún falta introducir este concepto a costos que sean competitivos, incluso ventajosos, frente a estructuras convencionales.

¿Cuál es el balance desde 2010 en términos de normativas y cambios en el diseño estructural?
Positivo. Por ejemplo, los elementos no estructurales dejaron de ser un tema de segundo nivel y cobraron importancia, lo que es un avance evidente. También considero un logro significativo el limitar las tensiones axiales en los muros de hormigón armado, ya que es una problemática que tarde o temprano se manifiesta.

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?
Lo que hay que hacer ahora es pensar en que, si queremos ser realmente resilientes, deberíamos estudiar las estructuras que existen y que sabemos que pueden tener problemas en el futuro, lo que en Estados Unidos se conoce como retrofit. Por ejemplo, edificios de hormigón que no tuvieron daños en 2010, pero que sabemos tienen el mismo tipo de problema que el edificio que sí tuvo daños. En ese sentido, mi recomendación sería revisar edificios desde los 10 pisos hacia arriba.

¿Por dónde debería darse el salto hacia otro nivel de conocimiento?
El concepto de cómo incorporar en el diseño convencional criterios de continuidad operativa y de resiliencia, me parece que debiera ser el próximo paso que todas las normas, incluidas las de protección sísmica, debiesen dar. Se tiene que garantizar un diseño que no solamente no colapse en un terremoto, sino que tenga la capacidad de volver en un corto tiempo a la operación.

De alguna manera se vincula con el concepto de diseño por desempeño…
El diseño por desempeño, que nace de la ingeniería estructural, ha progresado en el país, no obstante, considero que es un concepto un poco esquivo en cuanto a la forma de bajar ese desempeño a la práctica convencional. Ahora bien, sí se ha tomado conciencia de enfocar el comportamiento de las estructuras en distintos niveles de desempeño, pero aún se piensa ante un evento aislado, como puede ser un gran terremoto, en vez de pensar en el ciclo de vida completo de una estructura. Cuando abordamos el problema del ciclo de vida, necesariamente, nos tenemos que introducir en la problemática de la resiliencia y continuidad operativa, porque importa no solo el gran evento, sino que además qué es lo que va a pasar después de este; ahí, por ejemplo, la durabilidad o los materiales cobran una importancia relevante. Ese es el gran salto que me imagino las normas futuras debieran considerar, en otras palabras, no entender la estructura o sistema como un objeto estático, que solo responde a un evento que alguna vez puede ocurrir, sino que al proceso completo.

Gentileza SIRVE.
Gentileza SIRVE.

¿Qué otras variables deben integrarse?
Lo que les falta a las normas nacionales, y también a las internacionales, es tratar de conceptualizar el diseño estructural junto con la variable tiempo. No es lo mismo para un usuario o mandante que se le garantice que la estructura va a tener una vida útil de 80 años, a que se le diga que no va a colapsar en un terremoto. Por ende, el diseño se tiene que complejizar para considerar variables más sistémicas, que van más allá de la infraestructura física. Creo que también ahí las normas adolecen de cierta ingenuidad, ya que las estructuras se diseñan sin tomar en consideración el contexto geográfico, poblacional y de interdependencia entre los distintos sistemas. Esto sería un salto cuántico en el contexto de una norma sísmica.

Otra de las grandes deudas es la construcción en el borde costero…
Sin duda, este tema debiese estar presente en una norma futura. El efecto del tsunami en las estructuras me parece que es un tema que está bastante naciente en lo que es investigación, pero todavía estamos lejos en Chile de llevarlo a normativas, a pesar de que en otras partes del mundo hay bastante conocimiento del tema. Dicho eso, el problema no es fácil, porque se supone que en un terremoto las estructuras convencionales van estar sometidas a un cierto nivel de daño, que son parte del diseño.

Gentileza SIRVE.
Gentileza SIRVE.
Junio 2017
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