Andrés Rebolledo.
¿Cuáles fueron los principales avances de la cartera de energía en 2016?
Chile logró alcanzar precios históricos en la última licitación eléctrica y, además, con un fuerte componente de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que poco a poco van ganando espacio en nuestra matriz energética, antes dominada por combustibles fósiles más contaminantes. De hecho, pasamos de tener cuatro licitaciones desiertas durante el gobierno pasado, a recibir 84 ofertas y una baja del 20% en el precio de la energía para el 2021.
Hoy creemos que las políticas energéticas que estamos implementando tendrán implicancias sobre la economía del país y la sociedad por décadas. En esa línea, la Ley de Equidad Tarifaria es un reconocimiento a las comunas generadoras de energía, que por muchos años recibieron las externalidades negativas de la producción eléctrica, sin obtener nada a cambio e incluso, debiendo pagar precios más altos de energía que otras localidades. Hoy estas comunas, tan importantes para el desarrollo del país, tienen una baja sustantiva en sus cuentas de luz.
¿Cree que uno de los desafíos será aumentar la capacidad instalada de generación eficiente en el SIC?
El desafío a futuro es contar con una matriz energética diversificada, robusta y que aproveche nuestro potencial energético nacional, a través de la energía solar y eólica.
Chile está avanzando rápido en la integración de energías renovables “variables” como la eólica y la fotovoltaica. Esto se produjo por el aumento de competencia y la baja de precios experimentada por estas tecnologías, en parte, como resultado de la licitación de distribuidoras, donde la participación de las energías renovables en la capacidad instalada habrá crecido de un 44 % actual a un 54% al 2022, y de las ERNC de 14% a 27%, liderando la expansión los proyectos eólicos y solares impulsados por nuevos actores del mercado eléctrico.
Los cambios han removido el mercado y generado incertidumbre en algunos actores. Uno de los “juicios” levantados, es que los sistemas eléctricos no serán capaces de incorporar mucha energía variable sin incrementar significativamente los costos operacionales, por lo que han planteado que se use el mecanismo de licitaciones para incorporar energía “no variable”, o bien que se avance a un mecanismo de servicios complementarios para remunerar inversiones adicionales que ayuden a gestionar la variabilidad.
¿Cómo han resultado programas como los techos solares en edificios públicos?
El Programa ”Techos Solares Públicos” finalizó el año 2016 con alrededor de 100 proyectos conectados a la red en distintas ciudades del país, logrando que hospitales, municipalidades, juzgados de familia, escuelas y otras instituciones públicas, vean ahorros importantes en sus cuentas de luz, que van desde 10% al 90%.
Queremos que el mundo privado se sume al desafío de las energías renovables y vea la oportunidad competitiva que significaría para su negocio.
Chile tiene potencial renovable de sobra para abastecer gran parte de su consumo energético eléctrico con energías renovables.
La energía solar fotovoltaica a pequeña escala es particularmente rentable cuando se aprovechan las economías de escala (sobre 40 kW, por ejemplo) y cuando son instalados en zonas de alta radiación solar.
Respecto a las ERNC, ¿cuál será el camino a seguir los próximos años?
Chile se ha planteado el objetivo que el 70% de la generación de electricidad a 2050 sea con renovables y que al 2035 sea de 60%.
Sabemos que estamos bien encaminados y que lo lograremos bajando los costos de la energía. Las energías renovables no convencionales son hoy una alternativa concreta con la que cuenta el país para lograr sus objetivos de un suministro de energía ambientalmente sustentable y económicamente eficiente.
Además, es muy probable que a futuro se incorporen nuevas tecnologías que permitan incrementar aún más los niveles de flexibilidad de nuestros sistemas eléctricos, como sistemas de almacenamiento de energía, en tanto ello sea eficiente para nuestro suministro.
¿Qué tareas pendientes se vislumbran para 2017?
Requerimos tener un sistema de transmisión eléctrica que permita mayor competencia en la generación eléctrica, que sea transparente, participativo, seguro, de calidad y respetuoso del medio ambiente, y que permita bajar los precios de la energía a la ciudadanía.
En ese sentido, la Ley de Transmisión fortalece el rol del Estado en la planificación energética del país, en la expansión de la transmisión y en la definición de trazados para las líneas de transmisión, conciliando objetivos económicos, ambientales y sociales, en pro del bien común.
Otro desafío será continuar con la implementación de la agenda energética, con temas como el aumento en la calidad de servicios percibida por los clientes; la modernización de la distribución eléctrica, e ir consolidando todo lo logrado en términos de competitividad y precios de la energía para clientes finales.
