Desde el año 2013 nuestro país ha experimentado una desaceleración económica, fuertemente marcada por un conjunto de factores. De los externos, se puede mencionar la disminución del valor de la materia prima, que afectó directamente al PIB. Internamente se establecieron reformas que provocaron una contracción de la inversión.

“Las áreas relacionadas con la maquinaria pesada están en directa relación con la inversión de grandes proyectos, por lo tanto, cualquier fluctuación en la economía las afecta directamente. Por otro lado, las industrias de la construcción y minería registraron una importante baja, experimentando proyecciones bastantes desalentadoras. A su vez, el efecto IVA de las propiedades influyó fuertemente en las tasas comparativas de semestres anteriores, estimulando también una sensación de poco avance en la industria”, detalla Bastián Cornejo, académico de Carreras Técnicas de la Universidad Central.

Es así como el año 2016 se mantuvo “con un movimiento lento, sumándose a la tendencia de lo que ocurre con el área minera, en que ha existido una desaceleración de algunos proyectos, lo cual ha traspasado su impacto a toda la cadena productiva y donde la maquinara juega un valor importante”, complementa Cristian Cavieres, Director de las carreras de Maquinaria y Vehículos Pesados de Duoc UC.

Las cifras son decidoras. De acuerdo a los datos del Banco Central del año 2014, las importaciones de maquinaria cayeron un 18,8%, mientras que en el sector agrícola las ventas han crecido a tasas del 30% anual en los últimos cinco años, mientras su PIB tuvo un crecimiento de 6,7% anual. No obstante las ventas no han sido parejas, dado que los tractores se han posicionado como los preferidos, con un crecimiento del 20%, mientras que las cosechadoras han visto una disminución de sus ventas en un 7%.

Actualmente la oferta de equipos pesados es muy variada, ya que se ha ido adaptando a las necesidades de la industria. Si antes había algunos proveedores, ahora existen numerosos, entre prestadores de servicios, vendedores y mantenedores. Equipamiento existe desde maquinaria de movimiento de tierra como retroexcavadoras, excavadoras, cargadores frontales, bulldozers, equipos forestales como skidders, feller buncher, grúas, hasta equipos más complejos como camiones articulados, perforadoras, camiones de alto tonelaje, grúas de alto tonelaje, entre otras.

“La incorporación de telemetría o monitoreo de la maquinaria ha sido potente en el último tiempo, dando paso a una serie de aplicaciones que permiten conocer en tiempo real la operación de la máquina, por ejemplo, inclinación, temperatura, RPM, datos que son cruciales de conocer cómo se está operando la máquina, incluso podemos bloquear su accionamiento”, señala Cristian Cavieres.

Por otra parte, está el tema de operación de la maquinaria. Se han dado pasos interesantes en cómo es posible sacar el máximo provecho de estos equipos, por ejemplo, en lo que es sistema hidráulico, donde se han aplicado configuraciones para que el flujo de este importante líquido pueda variar en función de los requerimientos del trabajo a realizar, mejorando el rendimiento del equipo. Asimismo, para el académico de la Universidad Central “el cliente constantemente está solicitando una continuidad operativa con el fin de mantener sus niveles de producción. Esto lleva a que las mantenciones se realicen fuera de los horarios de trabajo, fines de semana, o en diversas ocasiones, realizando una sustitución temporal por lo que dure la mantención”.

Las tecnologías que hoy están disponibles en el mercado abarcan todas las necesidades. Para los proyectos de infraestructura civil están las dragalinas, cargadores frontales, bulldozer, dumper rígidos y articulados, motoniveladoras, mototraillas, TBM, tuneladoras, entre otras. Para los proyectos de edificación se cuenta con “retroexcavadoras, excavadoras, minicargadores frontales, grúas torre, grúas pluma, grúas autotrepantes, sistemas de moldajes hidráulicos, sistema de inyección de pernos, bombas telescópicas, bombas estacionarias, entre otras tecnologías”, destaca Bastián Cornejo de la Universidad Central.

Son varios los desarrollos. Destaca la cabina del conductor, la que ha dado pasos bastantes acelerados en mantener la integridad del operario, tanto en caso de accidentes, mejorando su estructura, como en el confort del mismo en las horas de operación, incorporando climatización incluso en el asiento, sumado además a un óptimo sistema de “amortiguación” para el mismo. “Se han sumado incluso pantallas digitales que indican al operario de manera fácil y efectiva algunas variables de operación de la máquina, incluso pudiendo seleccionar sus preferencias al respecto”, comenta Cristian Cavieres de Duoc UC. En función de las emisiones que genera, la maquinaria no es ajena a restricciones y debe cumplir con las normativas internacionales de emisiones, las cuales permiten que sea posible su operación y venta a través del mundo, sobre todo en países o comunidades con restricciones fuertes al respecto, como es en Europa y Estados Unidos.

Esto ha logrado reducir las emisiones de material particulado y emisiones de óxidos de nitrógeno que son propios de un motor diésel, además del avance en la formulación del combustible que permite reducir los niveles de azufre.

Respecto al consumo de combustible, se ha transformado en un aspecto clave, ya que de por sí este tipo de vehículos “posee un elevado consumo de combustible, debido al esfuerzo que deben desarrollar y los sistemas que dependen de un motor a combustión, debido a esto es que los fabricantes han evolucionado en sus propulsores en función de una reducción de emisiones, potencia y consumo de combustible”, señala Cavieres. Otros avances que se han visto en este mismo aspecto, es la mejora de la aerodinámica en el caso de los camiones, por ejemplo, con la instalación de viseras y deflectores en los techos, que logran reducir el impacto del viento y el esfuerzo que requiere el camión para transitar a altas velocidades, disminuyendo así el consumo de combustible.

Este ítem es vital para mantener una operación óptima de los equipos y maquinaria, sea cual sea su función, diseño y operación. “El propósito de un mantenimiento es prever las fallas, manteniendo los sistemas y equipos en niveles óptimos, y de este modo poder evitar pérdidas de tiempo por reparaciones. Las principales características de un buen mantenimiento son: las inspecciones, detectar las fallas en su etapa inicial, subsanar en el momento oportuno. Frente aquello, es posible otorgar confiabilidad, seguridad, disminución de tiempos muertos por detención de equipos en procesos de producción, proyectar la vida útil de los equipos, disminuir las existencias de almacén (repuestos), un menor costo en las reparaciones. Por lo tanto, es de vital importancia realizar un mantenimiento preventivo para producir un ahorro de costos y seguridad”, comenta Bastián Cornejo de la Universidad Central. Con esta instancia clara, es necesario contar con un mantenimiento a la altura de la maquinaria, que sea capaz de satisfacer un control y verificación de todos los sistemas que posee la máquina, lo cual involucra seguir las indicaciones del fabricante, desde su recomendación en función de intervalos de tiempos, procedimientos y verificaciones necesarias.

Otro aspecto es el entorno en el cual se desenvuelve la maquinaria. Como todo equipo existen determinadas condiciones que pueden alterar el funcionamiento de un determinado sistema o componente, por ejemplo, las condiciones ambientales de trabajo, sin duda una maquinaria que trabaja en condiciones ideales de temperatura, altitud o carga tendrá un mejor pronóstico de vida útil, comparada con una máquina que trabaje en condiciones de frío extremo o con una aire altamente contaminado; es necesario prestar atención a estos aspectos para ver cómo es posible, mediante el mantenimiento, compensar estas variaciones de operación.

Es necesario considerar además el respaldo de post venta con el cual se cuenta, ya que con el apoyo técnico, de repuestos o garantía, se puede asegurar una respuesta efectiva, debido a que en este tipo de vehículo el tiempo de “parada” es crítico.