Gentileza Municipalidad de Providencia. Lilian Peromarta.
El equipamiento urbano se compone de una serie de elementos que van conformando el espacio público. Entre ellos, el mobiliario urbano, los pavimentos, la iluminación, los juegos de recreación, máquinas para hacer deporte, e incluso, las esculturas. En términos generales, el equipamiento urbano debe estar construido con materiales que permitan mantenerse en buen estado durante un plazo de tiempo extendido.
Uno de los factores más preponderantes al momento de incorporar equipamiento urbano es la selección del tipo y materialidad del elemento respecto al espacio público que se va a intervenir. Por ejemplo, “la instalación de máquinas deportivas construidas en acero es poco adecuada en bordes costeros del país, ya que se oxidan rápidamente, exponiendo a los habitantes, y requiriendo una permanente mantención que termina siendo de un altísimo costo, y por lo tanto, insostenible en el tiempo”, señala Cristián Larraín, académico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad San Sebastián.
Materialidades
Históricamente la piedra, la madera y el acero han sido los materiales clave que han dado forma a innumerables elementos del espacio público. En un principio, “los bancos se hacían de piedra de granito o mármol, utilizando bloques completos, con formas y diseños extraordinarios y con gran durabilidad. La aparición del hormigón armado introdujo nuevas formas y posibilidades que enriquecieron el espacio público pero que en el transcurso del tiempo se vio deteriorado producto de su mal comportamiento a las inclemencias del tiempo, en especial a la humedad y cambios de temperatura”, comenta Cristián Larraín. Con los avances tecnológicos, se introducen nuevos materiales como el acero galvanizado, el acero inoxidable, el acero corten, el hormigón granítico, por una parte, y los polímeros elásticos, como el caucho y las resinas poliméricas.
Gentileza Municipalidad de Providencia. Lilian Peromarta.
Los materiales que hoy se usan van desde “el hormigón, el metal, el cemento y la madera, hasta el uso de materiales no contaminantes y reciclados como los cauchos (neumáticos usados), pallets de maderas y otros. También los materiales se pueden combinar entre ellos, como por ejemplo una banca hecha de cemento, pero con asiento de madera, aporta Jadille Mussa, ecóloga paisajista y Directora de la Escuela de Arquitectura del Paisaje de la Universidad Central.
También están las pinturas antivandálicas, “fáciles de eliminar en caso de rayado. Asimismo, se debe evitar el mobiliario de cemento para sentarse, pues en verano es más cálido, mientras que en invierno es frío. Por lo que usar mobiliario revestido de madera es una buena opción”; prosigue la ecóloga paisajista.
Esto ha abierto una serie posibilidades de diseño de elementos de equipamiento urbano que han mejorado notablemente los espacios públicos. El caso de los juegos infantiles por ejemplo, ha activado de gran manera el uso del espacio público con una serie de elementos de entretención, que se distancian de los clásicos columpios y resbalines, e incorporan redes tridimensionales, juegos musicales y elementos para que los niños desarrollen su creatividad.
Sin embargo, la estandarización y el sobrediseño de los elementos en ciertos casos va deteriorando el paisaje visual, al mezclar infinitud de colores y materiales en un mismo elemento urbano. Esto tiene su explicación dado que es un equipamiento urbano de catálogo, un producto ya predeterminado, lo que hace que se repitan constantemente.
“Los arquitectos debiéramos volver a repensar el espacio del juego al modo en que Aldo Van Eyck lo hizo en los años cincuenta. Como en los parques de juego en Ámsterdam, en base a elementos simples de acero y diseños de formas geométricas en el piso, dando cuenta de que con pocos elementos se puede crear gran diversidad de espacios para la recreación”, complementa Cristián Larraín.
Durabilidad
Es fundamental que el mobiliario urbano cuente con condiciones de seguridad y calidad, es decir, que pueda soportar las presiones y acciones que se puedan generar por las mismas personas o por las condiciones ambientales.
Gentileza Municipalidad de Providencia. Lilian Peromarta.
Por ejemplo, “las acciones de vandalismo, los daños provocados por terceros, los rayados de grafitis, la humedad y el calor, entre otros, pueden provocar que el mobiliario se rompa, se deforme o deteriore. Por lo tanto, las condiciones de seguridad y calidad están en directa relación con el uso de un mobiliario que cuente con condiciones de impermeabilización, resistencia a las altas o bajas temperaturas y al agua. Se recomienda el uso de pintura antivandálica que permita limpiar fácilmente los rayados, materiales no tóxicos, no inflamables y resistentes a la sobrecarga, entre otros factores”, detalla Jadille Mussa.
En este contexto, el mercado ofrece mobiliarios elaborados con productos de alta calidad y adecuados a las necesidades de los personas. De ahí que es importante que el buen diseño y construcción de esos espacios públicos o áreas verdes albergue todo tipo de público, en horarios del día y de la noche, pues las personas pueden realizar variadas actividades, que van desde el encuentro con los amigos hasta el deporte.
La escultura urbana es otro ejemplo. Es parte esencial del equipamiento urbano, que introduce un valor cultural al espacio público, pero si está hecha de materiales de baja calidad, con pinturas de poca duración, tienden a deteriorarse rápidamente, “Por el contrario, obras urbanas como las de Gajardo, Irarrázabal, Assler y Gacitúa, que trabajan con granito, bronce, hormigón y acero, logran crear elementos de gran interés visual que construyen espacios públicos de calidad y logran mantenerse por si solas en el tiempo. Es así como debiera pensarse el equipamiento urbano”, concluye el experto de la Universidad San Sebastián.
Finalmente, en la iluminación, hoy existen varias alternativas que pueden representan grandes ahorros económicos y ambientales en el uso de energía, como son las luminarias LEED o aquellas que usan paneles solares.
