Rodrigo Retamales Saavedra, de Rubén Boroschek y Asociados Ltda., comenta que al dar cumplimiento a la normativa, se lograría alcanzar un comportamiento sísmico de los componentes y sistemas no estructurales, compatible con el desempeño del sistema estructural. En el caso particular de los muros cortina, señala que la norma establece una serie de requisitos de diseño:
• Se debe generar una línea con suficiente rigidez y resistencia para transmitir los esfuerzos a la estructura.
• La estructura debe ser diseñada para resistir los esfuerzos transmitidos localmente por el muro cortina.
• El muro cortina debe contar con capacidad suficiente para acomodar las deformaciones de entrepiso que impondrá la estructura.
• Los anclajes, en el caso de ser postinstalados, deben contar con certificación experimental que demuestre que son aptos para uso en zona sísmica.
-Para muros cortina vidriados se debe demostrar además, mediante análisis o ensayos de laboratorio efectuados en conformidad con los requisitos de AAMA, que los vidrios pueden acomodar las deformaciones esperadas en la estructura sin quebrarse.
• Los diseños deben quedar detallados en planos de diseño, respaldados por las correspondientes memorias de cálculo, y acompañados por especificaciones técnicas y protocolos de instalación, los que deben ser sometidos a la revisión, en sus aspectos sísmicos, por parte de un ingeniero inscrito en el registro de revisores de proyectos de cálculo estructural del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Realidad local ante sismos severos
Rodrigo Retamales, PhD ingeniero civil de la Universidad de Chile, sostiene que los muros cortina han exhibido un excelente comportamiento durante los eventos sísmicos de gran magnitud e intensidad que han afectado en los últimos años a nuestro país, debido, principalmente, a que históricamente han constituido uno de los pocos componentes y sistemas no estructurales que han recibido la atención de los propietarios e inversionistas y por tanto contado con el diseño sísmico efectuado por ingenieros especialistas. “Conforme a las estadísticas de los especialistas del sector, durante el terremoto del Maule de 2010, los daños severos afectaron a menos del 1% del stock de muros cortina instalados en los últimos 30 años, valor que es consistente con las pérdidas y daños observados en sistemas estructurales. Los daños más severos en muros cortina se han observado en estructuras que han presentado también niveles de daños severos”, precisa.
Aportando en este tema, Carl Luders, ingeniero civil PUC, Diplom-Ingenieur de la Technishe Hochschule Darmstadt, Alemania, y socio fundador de SIRVE, sostiene que, efectivamente, a diferencia de los otros elementos no estructurales, los muros cortina de los edificios resistieron relativamente bien el terremoto del 2010 principalmente porque “debido al potencial peligro que los proyectistas y constructores sentían en relación a los muros cortina, su diseño y colocación se hizo con especial cuidado, respetando en forma muy rigurosa las recomendaciones extranjeras y nacionales que existían al respecto. Además, la mayor parte de los edificios con muros cortina se encuentra en las zonas de Santiago con muy buenos suelos, en que las deformaciones a que quedaron sometidos los muros cortina fueron pequeños”.
No obstante lo anterior, Carl Luders agrega que “debido al buen comportamiento que tuvieron los muros cortina que se construyeron con anterioridad al terremoto del 27 de febrero de 2010, es probable que en varios casos recientes el diseño se haya relajado y tengamos en la zona central de Chile una cantidad no despreciable de casos con daños importantes después de un sismo de gran intensidad, que con seguridad se va a producir a futuro, en un plazo que no debiese ser mayor a 50 años”. En este contexto, enfatiza que un desafío importante en esta área es seguir diseñando y construyendo los muros cortina con el cuidado que se ha hecho hasta el año 2010.
Consultado sobre el aporte que pueden entregar sistemas de protección sísmica a los muros cortina, Carl Luders indica que “en lo que respecta a la aislación sísmica, esta reduce los esfuerzos sísmicos y desplazamientos relativos en forma importante (reducción de 80 a 90%). En ellos los muros cortina no quedarán sometidos a solicitaciones muy importantes”.
