¿Cuáles son las proyecciones de inversión de la CChC para 2016?
En los últimos años el sector construcción ha mostrado un crecimiento bastante bajo y para el 2016 se pronostica una tendencia similar, cercana al -0,1%.

¿Qué factores inciden en este escenario?
Hay una creencia errada de que la construcción está en un buen pie porque en las ciudades el tema de la edificación de viviendas está muy activo, sobre todo por el boom inmobiliario gatillado por el adelantamiento de compra de vivienda por la entrada en vigencia del IVA. Sin embargo, la construcción en vivienda corresponde solo a un 30% de la actividad de la construcción; el otro 70% corresponde a infraestructura de uso público e inversiones privadas que durante el 2015 registraron una fuerte caída y, para lo cual, lamentablemente, no prevemos un panorama más auspicioso para este año.

¿Cómo visualiza la Cámara la situación de la minería?
Este sector, al igual que la construcción, cada cierto tiempo vive ciclos negativos donde la demanda baja y, por lo tanto, los precios caen, en este caso, en particular, influenciados principalmente por China. Acabamos de estar en la PDAC (Prospectors and Developers Association of Canada) -el mayor encuentro mundial en materia de nuevos proyectos y exploraciones mineras- y la opinión general era que si bien no es la primera vez que estamos en una situación compleja, con la variable importante de la economía China, este ciclo podría ser más largo que otros y extenderse por lo menos por dos años. En este contexto, y como Chile es un país minero, los gobiernos de turno tienen que tomar medidas para reactivar otras áreas.

En tiempos de desaceleración, la infraestructura pública hace reflotar la construcción…
Hoy tenemos un importante déficit de infraestructura pública -de aproximadamente US$112 millones- y, para nuestro gremio, la única manera de reactivarlo es vía concesiones. Complementar la baja en el presupuesto del MOP con un mayor dinamismo en materia de concesiones, a nuestro juicio generará un impacto directo en la posición competitiva del país y un impulso económico para el 2016. Durante los últimos diez años el país ha invertido un 2,5% sobre el PIB de infraestructura de uso público, pero lo que Chile requiere es una cifra superior al 3,5% o incluso sobre el 5% del PIB. En definitiva, como se deben abordar los proyectos pendientes en materia de salud, educación y seguridad, y dado que las obras son de muy largo plazo, creemos que la solución son las concesiones.

¿Cómo se proyectan las concesiones para los próximos dos años?
En este ámbito, hay dos instrumentos cuya aprobación por parte del Congreso requiere ser acelerada. El primero, es el Fondo de Infraestructura, que permite utilizar financieramente los flujos de las concesiones existentes para conseguir ventajas económicas y financieras en las próximas licitaciones. El otro instrumento es la creación de la Dirección de Concesiones, que es la organización para poder impulsar, administrar y desarrollar distintos proyectos.

¿Qué podemos esperar en términos de vivienda?
El déficit total de vivienda es de 890 mil unidades, pero de esa cifra 150 mil corresponde a mejoramientos de estándares de viviendas sociales. De hecho, aunque para el 2016 se prevé que el presupuesto para subsidios habitacionales aumente 5,4% respecto de 2015, gran parte de este presupuesto corresponderá a subsidios de arrastre. Por este motivo, en nuestra opinión, el gobierno debería hacer esfuerzos para poder financiar este tipo de viviendas a través de subsidios de manera de ir supliendo el déficit.

¿Las incertidumbres siguen afectando el crecimiento de la economía y la construcción?
Sin duda. Por una parte, tenemos una reforma laboral que está en discusión hace un año y medio y, tal como se presenta actualmente, no va a ser conveniente ni para el trabajador ni para el país; y por otra, vamos a entrar con las incertidumbres respecto a la reforma a la Constitución y otras más. Creo que mientras la intensidad de las reformas esté en el ambiente, esto tiene un concepto tácito de que hay que cambiarlo todo. Por ello, tenemos que ser capaces de generar un clima adecuado de crecimiento para nuestro país. Necesitamos crecer económicamente, pero para que ello ocurra necesitamos crear un ambiente propicio para las inversiones, trabajando en el tema de la productividad, la eficiencia y la competitividad.

Chile ha bajado en competitividad en infraestructura. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Chile ha caído en ocho años siete puestos, de acuerdo con el World Economic Forum. Estamos en el lugar n°35, y hace ocho años estábamos en el lugar n°27 y eso, básicamente, se explica por la falta de inversión en infraestructura. Aunque nosotros conservemos nuestra inversión, si otros países la aumentan, perdemos competencia en términos relativos. Al final significa perder oportunidades y quienes las pierden somos todos nosotros, la gente y su calidad de vida.

¿Cómo impacta al trabajo de los contratistas, el derrumbe de los precios del cobre?
La consecuencia es totalmente directa. Al detenerse las inversiones, las empresas han resentido en su nivel de actividad. La venta o el nivel de actividad de las empresas constructoras que trabajan con la minería se han visto afectadas directamente, ya que todas han bajado su venta de manera importante. Por otro lado, el hecho de que haya menos trabajo para todo el sector, implica que los precios también están apretados. Hay una consecuencia directa que baja el nivel de actividad y que a su vez hace que los contratos están más apretados. En ese sentido, todo lo que ha sido reducción de empleo en ese sector, a nivel macro, ha sido absorbido por la vivienda, área que si bien pondera bastante menos que la infraestructura en la actividad de la construcción, es muy demandante de mano de obra. La gente que ha parado, está trabajando en el sector vivienda.