Las señales de mayor impulso en infraestructura están en todas partes: en las nuevas fuentes de capital y enfoques de financiamiento para inversiones patrimoniales y de deuda; en la creciente adquisición de habilidades de administración de activos, seguridad informática y pública ; en la mayor audacia de los gobiernos que buscan catalizar los beneficios económicos y sociales; y en la creciente alineación entre las necesidades “macro” de los gobiernos y las decisiones “micro” de los consumidores.
KPMG International ha rastreado tendencias clave que, en nuestra opinión, influirán en la infraestructura . Algunas, que identificamos en 2015, continúan siendo tendencias hoy: los gobiernos siguen luchando por destrabar sus proyectos; los mercados emergentes continúan enfrentando las brechas de financiamiento; la relación óptima entre el sector público, sector privado y los contribuyentes sigue evolucionando. Sin embargo, la industria estaría en la cima de un cambio mayor.
Cambios en el macro ambiente de riesgo
Lo “No normal” es lo nuevo normal. Los riesgos políticos y regulatorios son solo la punta del iceberg. La incertidumbre está en todas partes: en los resultados electorales inesperados y la agitación política; en los crecientes sentimientos proteccionistas; avances tecnológicos perturbadores y de evolución rápida y en la agitación geopolítica y social. La estable sabiduría convencional que alguna vez apuntaló la planificación e inversión en infraestructura, parecen no aplicar más.
Curiosamente, son los mercados emergentes y en desarrollo los que utilizan en mayor medida esta incertidumbre para realizar grandes jugadas. El proyecto chino “Un Cinturón, Una Ruta” y la iniciativa del Asian Infrastructure Investment Bank (AIIB) no solo mejorarán las proyecciones de crecimiento económico en la región, sino que también pueden permitir que China tenga un mayor poder dentro de la región. Las inversiones significativas de Japón en los sectores productivos y de infraestructura de la India; el liderazgo de Singapur dentro de la comunidad de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (“ASEAN”) y la continua inversión de los Estados del Golfo en los activos occidentales, todo sugiere políticas de poder en el trabajo y mayores cambios en el horizonte. Aunque a ningún inversionista le agrada la incertidumbre, parece que muchos no están valorando el creciente riesgo en sus modelos. Por una parte, se debe probablemente al actual “exceso de oferta” patrimonial en el mercado, lo que ha obligado a los inversionistas a competir de forma más agresiva por las inversiones. Sin embargo, con el tiempo, esperamos que los inversionistas consideren más la forma en que evalúan, administran y ponen precio a este tipo de incertidumbre.
Fuente: Foresight, Una perspectiva de infraestructura global. KPMG.