Paula Hidalgo, Gerente General de Empresa Edificio Verde, miembro de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).
En Chile, existe la tecnología necesaria para lograr una mayor eficiencia al menor costo posible y así entregar soluciones efectivas y convenientes.
Vivienda
El sector de la construcción puede hacer uso de una amplia variedad de posibilidades; en líneas generales, una vivienda debe ser pensada en cuatro áreas para asegurar una aceptable aislación térmica y acústica.
El techo, en primer lugar, es el que contribuye con la mayor fuga, por lo que debe ser particularmente reforzado evitando la humedad de modo que no pierda su efectividad aislante. Por su parte, las paredes y ventanas representan la mayor superficie, lo que exige implementar estrategias para mejorar su capacidad aislante, como el uso de refuerzos estructurales y de termopaneles que, bien sellados, minimizan las pérdidas de calor y, además, son especialmente útiles para bloquear el ruido exterior. Los pisos, finalmente, pueden ser optimizados por medio de materiales que encierran el calor y aportan al confort en la habitabilidad de la vivienda.
Esto último es también un aspecto de discernimiento fundamental: ¿Qué materiales utilizar? ¿Cuáles son los que representan las mejores posibilidades y oportunidades en el mercado? Estas preguntas pueden resolverse fácilmente bajo el siguiente axioma: los materiales más aislantes son aquellos que, con un menor espesor, pueden cumplir su función con la misma eficiencia bajo las particulares características de un proyecto. Para una toma de decisiones más objetiva y estandarizada, nuestra legislación cuenta con la Norma R100, una normativa de aislación térmica para viviendas nuevas, que entrega un índice que marca el nivel de aislación que debe tener una estructura según la zona donde se ubica.
Tendencias
Las actuales tendencias para soluciones aislantes pueden resumirse en la utilización de los siguientes materiales primordiales:
-Poliestireno expandido: Es una alternativa que permite dar refuerzo a la fachada de la vivienda para mejorar sus condiciones de mantención del calor y, además, mejorar su aspecto exterior. -Lana mineral: Este material, también conocido como lana de roca o de vidrio, habilita un sistema de aislación por el interior de la vivienda, el que puede ser cubierto posteriormente por placas de yeso cartón a modo de protección de la misma.
-Fibra de poliéster: Su potencial de aislación térmica y absorbente acústico es posible por una materia prima elaborada con alta tecnología y puede ser aplicado indistintamente en paneles, muros, pisos y techumbres.
-Corcho: Es una solución natural especialmente beneficiosa para suelos, mediante la instalación de carpetas de gran calidad y por su capacidad para superponer pisos flotantes de todo tipo.
En los casos en que la vivienda ya está construida, la opción es rellenar los espacios entre la estructura con nuevos materiales aislantes, lo que supone un trabajo previo para retirar una de las capas de terminación y volver a instalarla posteriormente.
Sistemas aislantes recomendados
La recomendación es usar sistemas EIFS, puesto que permiten una aislación de todo el perímetro de la vivienda por fuera, eliminando los puntos fríos que se generan en las zonas de la estructura sin aislante.
Un sistema constructivo estructural SIP (Panel Estructural Térmico) de gran calidad es EcoWall, cuya tecnología ha revolucionado la industria de la construcción con una oferta innovadora, económica y con calidades que no estaba presente en el mercado nacional, dada su alta resistencia al fuego, al agua y sin necesidad de ser revestido.
El sistema está compuesto por dos placas de 11 mm de espesos adheridas a un núcleo central de poliestireno expandido (EPS). Este tipo de placas representan un revestimiento estructural de aglomerados reforzados, creados a partir de aglomerados minerales y no de cemento, yeso ni asbesto, lo que entrega al mismo tiempo ventajas medioambientales y de resistencia al fuego e impermeabilidad al agua, moho e insectos. El sistema ofrece una instalación rápida, una durabilidad alta y características térmicas excepcionales que permite un ahorro de hasta un 70% comparado con una vivienda tradicional.
La elección de un buen sistema también está condicionada por los niveles de versatilidad para su instalación en distintos materiales de construcción con adhesivos comunes, su disponibilidad en diferentes alturas y espesores para adecuarse a las dimensiones particulares de cada proyecto, y la posibilidad de contar con soluciones de terminación, de modo de ahorrarse etapas en el proceso de construcción y disminuir tiempos de ejecución y gastos de administración generales.
Asimismo, es importante en el contexto nacional de construcción sustentable que estas soluciones tengan el menor impacto ambiental.