Cada año, el Instituto Americano de Arquitectos (AIA por sus siglas en inglés) otorga membresías de honor a profesionales extranjeros que destaquen por su trayectoria profesional y el aporte que realizan a la especialidad. En mayo pasado, en la convención anual de la AIA celebrada en Atlanta, fueron distinguidos cinco arquitectos: dos de nacionalidad española, un chino, un sudafricano y el chileno Pedro Gubbins. Se trata del octavo chileno en formar parte de este selecto grupo. “Esta distinción es un reconocimiento a la búsqueda y aporte en el ámbito del diseño arquitectónico desde la realidad de tu país y al aporte a la sociedad”, comenta Pedro Gubbins: “Ha sido un regalo y lo recibo con mucho orgullo”, añade.

“Desde el área del diseño, la historia de buscar soluciones en torno al tema de la sustentabilidad partió antes de que formáramos la oficina con mi padre (Víctor Gubbins)”, cuenta.

Casa MAVA se emplaza en una fuerte pendiente.

Pedro vivía en el sur, dedicándose a desarrollar barrios de viviendas para inmobiliarias. "Hice contacto con un arquitecto que venía llegando desde Europa y en esa época planteamos a la inmobiliaria hacer un barrio ecológico. Se trataba de un sistema distrital de calefacción en base a biomasa para más de 200 casas, muy utilizado en Suecia y Noruega. A medida que pasó el tiempo, estos temas y la preocupación por el énfasis en la sustentabilidad fueron creciendo; el mismo gobierno, a fines de los ’90, empezó a estudiar la normativa de la reglamentación térmica y ahora es exigencia", recuerda el profesional. En la actualidad es un convencido que más que la tecnología de punta para resolver estos temas, "si se parte orientando bien un edificio, desde elegir bien el terreno, las partes que plantea el programa o materialidad, de alguna manera se tiene más o menos el 50% del problema resuelto; se debe partir con el diseño y luego con las tecnologías”, comenta Pedro Gubbins."

En el edificio de TVN destaca el uso de piedra, hormigón armado a la vista liso y rugoso, estructuras de acero y aluminio, vidrio, revestimientos de aluminio y madera.

"Como oficina lo hacemos desde el inicio en cada proyecto, hay una cuestión sustentable que tiene que ver con cómo yo me planteo con una arquitectura en un determinado terreno", detalla.

Pedro reconoce que lo que buscan como profesionales es la finalidad de los proyectos, y que en ese sentido los proyectos públicos son parte importante de su historia como oficina de arquitectos. “Hemos tenido la oportunidad de participar en diversos proyectos públicos”, señala.

Uno de ellos es la Escuela Manuel Anabalón Sáez, ubicada en Panguipulli, que tenía una serie de requerimientos que la construcción debía cumplir, como ahorro energético y calidad de vida para los alumnos, entre otros. Es una arquitectura bastante clásica, la diferencia radica en que los volúmenes se van descomponiendo, en el sentido de recordar a esta unidad básica que es el galpón en su estado simple”, expresa Gubbins.

El Edificio de Atención al Vecino de Peñalolén se enmarca en un proyecto por etapas de un barrio cívico que reúne distintos servicios que otorga la municipalidad.

El Colegio Chuquicamata, y obras recientes asociadas a la Municipalidad de Peñalolén, también han conocido su visión de la arquitectura. “Uno de estos edificios en Peñalolén es el Centro de Atención al Vecino. Cuando nos ganamos el concurso para hacer el barrio cívico, lo primero que se decidió hacer fue ese edifico porque era el que daba la cara y existía la demanda por buenos espacios de atención al vecino. Se armó una plaza gigante con una escalinata que se usa para eventos y esa escalinata la metimos dentro del edificio”, comenta.

Si le preguntamos a Pedro Gubbins cuál es la diferencia particular de su oficina respecto a otras, “es el currículum de obras, todas muy heterogéneas en términos de programas y me atrevería a decir que esta es la manera de hacer arquitectura”, sostiene.

En el Estadio de Copiapó la materialidad propuesta es en base a un revestimiento metálico tejido, que le entrega al estadio espacios sombreados.

La arquitectura en Chile se ha ido perfeccionando, logrando destacarse como una propuesta a nivel mundial. En ese sentido, “hay un grupo de arquitectos muy destacados, que han sumado a un desarrollo positivo a la arquitectura nacional, eso nos deja en un buen momento, a pesar de que hay mucho camino por recorrer. La arquitectura no solo es el diseño de edificios, también tienen que ver la normativa, las leyes que regulan la ciudad, la calidad reguladora del Estado, que aún son deficientes, indica el arquitecto.

Para Pedro Gubbins ha habido un cambio producto del desarrollo económico, hecho que ayuda para que la arquitectura pueda avanzar. “Ha habido un desarrollo de los materiales, de las tecnologías, hay un acceso a la cultura universal, el hecho que haya vuelto la democracia también significó abrir la arquitectura pública”, comenta. A nivel de temas y lugares, se ha avanzado también, en ese sentido la sustentabilidad no necesariamente genera una arquitectura particular, sino una mejor para la calidad de vida de las personas. El profesional resalta el hecho que “en Chile por muchos años se trabajó en un sistema de certificación propio, la Certificación Edificio Sustentable (CES). La gracia de esta certificación local versus otros sistemas internacionales, es que más bien es un sistema centrado en el diseño, lo que deja de lado el uso y abuso de tecnologías para resolver la sustentabilidad, considerando las variables del territorio nacional y los problemas propios de Chile”.

El Colegio Chuquicamata está emplazado en Calama.