En el año 1994 fundó en Italia junto a su marido, el italiano y también arquitecto, Ruggero Venelli, la oficina Venelli Kramer Arquitectos. La misión: ofrecer servicios de diseño arquitectónico completo a clientes de los sectores público y privado. Desde entonces se ha especializado en proyectos hoteleros, residenciales, comerciales y corporativos, con una visión integral del interiorismo, partiendo desde el proyecto arquitectónico hasta el diseño de los más mínimos detalles.

Cecilia no puede elegir un solo proyecto como favorito en su curriculum; dice que le encantan todos, desde el más pequeño al más ambicioso. “En cada uno hay un desafío y un deseo de construir algo bueno, algo que hace bien”, señala.

A la arquitecta Cecilia Kramer le gusta pensar que la distribución de muebles y objetos tiene un sentido en el espacio y que no es al azar. Ella toma en consideración los ejes del espacio, las vistas, los puntos que pueden ser un buen remate visual y desde allí conecta todos los elementos. “Me interesa que los espacios sean como el cuerpo humano, cada elemento en su lugar y con un sentido”, sostiene.

Hoy lo primordial es dar flexibilidad a los espacios.

Cecilia no cree que existan espacios con más protagonismo que otros, para ella un espacio bien diseñado “se vuelve protagonista”. Esto explicaría cómo lugares que antes prácticamente se escondían o edificios desconocidos, después de un restyling aparecen publicados en las mejores revistas y todos se interesan en conocerlos. “Es precisamente en este tipo de situaciones cuando la gente empieza a valorizar realmente la importancia del diseño”, enfatiza la arquitecta.

Tampoco cree que la decoración hoy sea más importante que en años anteriores. En su opinión lo que cambió es que antes esta disciplina era apreciada por menos personas y hoy se encuentra al alcance de todos. “Antes la decoración era un tema de interés para un grupo más bien pequeño, pero hoy mucha más gente comprende que un espacio armónico permite vivir y trabajar mejor”, argumenta Cecilia. Finalmente, para la profesional todo se resume en que “los espacios bien diseñados acogen, tranquilizan y producen emociones”.

Al entrar en el ámbito de las tendencias, afirma que hoy lo primordial es dar flexibilidad a los espacios ya que las funciones y usos cambian constantemente. La profesional da como ejemplo las cocinas, las que a su juicio se han transformado en un verdadero objeto de diseño integrándose cada día más al comedor; todos quieren abrir el espacio e incorporarlo en la vida social. Una tendencia que se repite en los proyectos hoteleros donde los baños se empezaron a fusionar con clósets y dormitorios. “Los espacios se vuelven visibles, una de las ultimas tendencias expuestas en el reciente Salon del Mueble de Milan son los roperos con puertas de vidrio, existen tinas que parecen esculturas y se ponen directamente en la pieza”, agrega Kramer.

Entre los materiales que Cecilia destaca
en sus proyectos se encuentra la madera.

En tanto, en los proyectos corporativos se está integrando más el color, zonas tipo lounge y los espacios destinados al descanso. “En un piso de oficinas en El Golf, mis clientes tuvieron una actitud muy visionaria y me solicitaron proyectar un pequeño espacio para la meditación y para relajarse, una tendencia que cada vez será más común”, afirma Cecilia.

En cuanto a los colores, texturas y materiales que privilegia en sus proyectos, dice sentirse segura con maderas, con terminaciones lo más naturales posibles y colores en la paleta de los grises-beige y azules y verde salvia. “Me gusta privilegiar los materiales nobles. Si el cliente lo permite, trabajar con mármol es un verdadero lujo y el resultado es prácticamente eterno”, señala, al tiempo que comenta que en Italia le ha tocado participar en remodelaciones de edificios en muy mal estado, donde los únicos elementos que se pueden rescatar son los que fueron realizados en mármol.

Un espacio bien diseñado “se vuelve protagonista”,
comenta la arquitecta.

Para Cecilia hay solo un factor que no puede faltar en cada uno de los proyectos de decoración o interiorismo que enfrenta. No se trata de un color o de una textura, se trata de la comunicación con el cliente. “Diseño las ideas que mis clientes tienen para sus espacios y los ayudo a transformarlas en realidad”, comenta.

Para saber qué es lo quieren sus clientes necesita conversar y reunirse con ellos, llevando a cada encuentro dibujos o esquemas que se van moldeando hasta llegar a un proyecto definitivo. “A veces los clientes llegan a la primera reunión con muchos recortes de revistas y eso complica un poco la comunicación porque se mezclan lenguajes de diseño y hay que explicarles que en mismo espacio no se puede hablar chino, francés, alemán y chileno al mismo tiempo”, dice. Sin embargo, una vez comprendida la importancia del lenguaje, “los conceptos se empiezan a depurar y se llega a la esencia, a entender lo que el cliente realmente quiere y que el proyecto debe reflejar a la perfección”, finaliza.